LA CUARTA

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—Llamadlo, por favor... —pidió Rosé entre sollozos, desecha en el sofá de su casa. Jisoo la abrazaba fuerte, en un intento por no derrumbarse junto al resto.

Estos se miraron y decidieron llamar a Wonho, quedándose aquel salón en silencio mientras se oían los pitidos intermitentes de la llamada.

—¿Hola? ¿Irene? —contestó Wonho, alejándose de lo que parecían ser multitud de voces de fondo acompañadas de sirenas de policía. Rosé le arrebató el móvil a la mencionada, hablándole directamente a él.

—Wonho, ¡¿qué ha pasado con Bam y Jen?! ¿Se sabe algo de Lisa? —preguntó desesperada. Volvieron unos segundos de silencio al no escucharse respuesta alguna del otro lado.

—Rosé... Yo, lo siento. Desde ayer no hay rastro de ellos, han desaparecido... —de repente, paró de hablar, respondiéndole algo a otra persona—. Esperad, voy a alejarme un poco más. Chicos, estoy en el hotel donde nos hospedamos y todo esto es muy extraño, de verdad, no entiendo que ha pasado, pues según Jennie si cumplíamos al pie de la letra todo lo que nos dijo, no correríamos peligro alguno —Todos fruncieron el ceño.

—Explícate mejor, ¿a qué te refieres? —indagaron.

—Pues, en cuanto llegamos, Jennie nos explicó un método para estar seguros por si cualquier persona nos intentaba hacer daño. Principalmente, consistía en aislarnos y comunicarnos solo entre nosotros mediante unos móviles de prepago que compró para cada uno.

—Y entonces, ¿cómo ha ocurrido esto? —No podían estar más confusos.

—Eso es lo que llevo intentando averiguar junto al equipo de mi tío. Ayer por la mañana cuando me levanté, mandé mi mensaje, pero no recibí respuesta de ninguno de los dos. Eso me llevó a preocuparme, pero más lo hice cuando unos policías locales acudieron a mi habitación, preguntándome si los huéspedes de dos habitaciones sospechosas eran conocidos míos. En cuanto me dijeron los números, lo corroboré. Resulta que el servicio de limpieza encontró sangre en las dos habitaciones y había mucho desorden. Asustado, llamé a mi tío y ahora nos estamos encargando de la investigación, me han dejado participar. Lo más seguro es que haya sido secuestro, según ellos.

—¿Y cómo estáis tan seguros de que los han secuestrado? —Rosé no quería creer nada de lo que estaba oyendo.

—Como ya mencioné, al entrar junto a los agentes de mi tío a ambas habitaciones, todo estaba muy desordenado. En la habitación de Bam, había pequeñas manchas de sangre sobre las sábanas de su cama, y conociendo a Bam... Todos sabemos que no soporta el desorden. Sin embargo, en el cuarto de Jen... Dios santo —sostuvo, espeluznado.

—¿Qué fue lo que visteis? —preguntó Roxy, con la voz rota.

—Coincidiendo con la de Bam por lo revuelto que estaba todo, indicaba indicios de forcejeo, pero a diferencia de la anterior, el cuarto de baño de la habitación de Jennie tenía el espejo roto con salpicaduras de sangre por todos lados...

—Entonces... No hay pruebas de que ninguno de los dos esté muerto, ¿no? —insistió Jisoo.

—No, y eso nos da esperanzas de encontrarlos con vida —alentó, el agente.

—¿Habéis averiguado cual podría ser su paradero? —cuestionó, la pelirosa.

—No exactamente, pero todo esto apunta a Daesung, es el único que tendría razones y el poder para lograr hacerlo... —respondió.

—Esperad un momento. Pero, si esto ha sido por obra de Daesung, y a él sólo le interesaba Jen, ¿por qué iba a llevarse también a mi Bam? —soltó, de repente, Jackson. Los demás se quedaron pensativos, rumiando lo que acababa de decir.

Sólo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora