La modelo

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- ¿Segura que es buena idea? - murmuró la azabache temerosa

- Se lo has prometido a Luka, realmente no veo porque no tratar, además tú lo dijiste, trabajarás para su padre, no para el -

- Ay Tikki, es que todo es tan complicado, ¿Qué tal si su familia me odia?, Realmente ya no somos... -

- Unos niños, lo sé - bajo la mirada mientras evadía la vista de los niños curiosos aún en el transporte - pero no puedes privarte de una oportunidad así -

- Tikki, es que no es tan simple, estamos hablando de Adrien Agreste, un modelo tan, tan .. ahhgg, tan arrogante que hasta su nombre me raspa la garganta - musitó algo molesta

- Marinette tienes un gran talento y ve que para toda meta siempre hay obstáculos, no siempre aparecen estás oportunidades, seguramente solo puede que estés con ellos un o dos años, bueno si es que quedas en esa convocatoria - sonrió tratando de animarla.

Buen punto, ¿Porque no?, Total, el viaje de Luka es casi medio año, y si bien quiere una boda a todo grito nada estaría de más que hacerle un poco de ayuda.
El transporte es pesado, el calor aún es algo soportable en la zona, los niños van y vienen, curioso, no es lo mismo para la chica verlos ya en los tejados mientras el atardecer se asoma.
¿Como no abrazar a uno y comerlo a besos?, Pero claro, los padres de él o la pequeña que toque se molestaran y la tacharan de incorrecta, es mejor calmarse y bajar la cabeza, apenas si se pueda habrá oportunidad para tener uno propio con el amor de su vida. No es como si las cosas tuvieran que acelerarse, todo a su tiempo, como siempre a sido.

Los instantes pasan y el transporte se detiene, baja frente a lo que de ve un buen futuro, pero la calamidad, hay muchas chicas, en su mente se resuena esa voz nostalgica. Tal vez no haya oportunidad. O más bien no lo sabe.
En la fila del registro de ve a la asistente de la familia Agreste, curioso, los años pasaron también sobre ella, su cabellera negra ya es algo ceniza, pero en su rostro aún se plasma esa seguridad que siempre le caracterizó.
Solo puede acercarse, llenar su solicitud y formarse mirando como las chicas se llenaban de júbilo.

"Trabajaré para los Agreste", "¡No!, Esa seré yo, tengo el mejor cuerpo en este lugar"...

Ya se bastantes excusas solo para una entrevista. Pero desde arriba de estas chicas una pequeña silueta volaba, el pequeño asistente de Adrien se aseguraba a que todas las estrategias de su amo dieran frutos, cuando notó a Marinette entre la multitud solo pudo volar de regreso a la oficina de donde había salido. Al aterrizar en el escritorio solo hizo señas para poderse quitar el mal y poder hablar.

- Te dije que fueras respetuoso Plagg, pero en fin, te daré otra oportunidad, así que cumplirás con todo lo que yo te diga o morirás de hambre - sonrió malicioso viendo como el pequeño asentía casi llorando

- Como diga amo... - cesó el pobre retomando aliento

- ¿Y bien?¿Ella llegó? -

- Está abajo señor, viene sola, pero está al último paso de la fila -

- Mmm... Deberé hablar con Chloe para correr al resto, ¿Cuántas chicas están en la fila? -

- No sé, un aproximado de 50 chicas, pero amo, si usted baja puede que ella se dará cuenta de todo, su mirada, no es como antes, al parecer... -

- ¿Al parecer que? - repuso irritado el rubio.

- Trae... Trae un anillo en el dedo, no es de compromiso, pero es de los que el chico que estaba con ella ocupa, amo no sé si el plan funcione -

- Pequeño Plagg, aún no sabes nada sobre las mujeres, con quién se vean seguras es con quién se quedarán -

- No se de qué habla señor -

- Solo espera unos minutos y cuando sea el momento quiero un cataclismo en el centro de la pista de autos. -

- ¡No!, Eso es arriesgado, sabe que no puedo controlar mi fuerza y si lo hago podré matar a alguien -

- Ó es eso o dile adiós a tu chillona voz - mencionó amenazante.

El pequeño solo bajo la mirada asintiendo y realmente nadie lo culpa, si otra época fuera tal vez las cosas serían diferentes, pero él no lo culpa, ¿Qué pasaría si un deseo que tanto anehelas sale mal?¿Qué pasaría si tú otra mitad nunca hubiera nacido o simplemente y sencillamente, te odié?, Perderían la cabeza seguramente, y eso ya está visto.

Solo una llamada basto y la pequeña prodigio de la más grande critica de modas empezó a correr una por una a las chicas del salón de entrevistas, no es para nada su culpa, con varios años encima el rubio logro tener control sobre su amiga al grado de que ella perdió el control de sus emociones. Pero claro, aún estaba esa pequeña niña que se ponía por encima de todos.
El caos llegaría cuando se topó con la fortuna notando porque el rubio corría a tantas candidatas.

- ¡Qué pasa la número 53! - sonó la voz en la bocina de la entrada

- Ay no, ... No note el tiempo - bufo la azabache entrando a la sala

- Bien gente sigamos, no nos pagan por no hacer nada..  ¿Dupaing Cheng? - sonrió de lado la rubia

- ¿Chloé?, Porfavor esto tiene que ser una broma -

- Obvio debe serlo, ¿Tu modelo?, Porfavor, no eres ni capaz de arreglarte una uña y ya quieres portar un vestido de Gabriel Agreste, Porfavor linda, no me hagas reír -

- ¿Modelo yo? - repuse conmocionada la chica - Yo crei que... -

- Exactamente, solo crees y sueñas que puedes llegar a ser más de lo que no eres pequeña Marinette, así que si no sabes usar tacones altos o simplemente portar elegantemente un vestido no me hagas perder mi tiempo, la siguiente Porfavor... -

- Disculpa señorita, pero soy tan capaz de moverme con la gracia de un cisne -

- Demuéstralo - río sentándose y esperar a que los demás le entregaran las cosas

Y sin querer, Adrien iba ganando, sabía de la rivalidad de ambas, solo fue cuestión de hacerlas presentes en el mismo lugar, en el tanto del vestuario mando a su padre a supervisar con el pretexto de una pequeña migraña, y Plagg solo supervisaba el resultado.
Un conjunto bello a decir verdad, naturalmente es como si ella soñase el día de su boda, solo era caminar e imaginar que estaba arreglada para Luka, solo por demostrarle a la rubia que ella podía con eso y más.
Sus pasos nada torpes, el conjunto exacto y su cuerpo delgado resplandecía a las luces del escenario, el señor Agreste solo observó aún angustiado, un buen trabajo realmente y más porque los inversionistas estaban encima de él.

- ¡Suficiente! - resopló acabando su prueba.

- Gracias señor Gabriel, ¿Lo has escuchado Marinette?, Puedes retirarte... -

- Lo siento Chloe pero no es así -

- ¿Cómo que no es así? -

- Hemos encontrado a la siguiente portada de mi nueva línea... -

- Oh no... Gusto lo que me temía - murmuró el pequeño kwami saliendo a informar a su amo.

El Pecado Agreste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora