La Cruda Realidad

CAPÍTULO 10

Sehun esto, Sehun aquello, Sehun vino, Sehun invita, Sehun...

Estaba harto de ese nombre. Y peor aún luego de aceptar la invitación para una cita doble. Mentiría si se echara toda la culpa, ya que la que insistió en aceptar la tediosa cita era su caprichosa e insistente novia.

En las ultimas semanas JiEun se había comportado de una manera más caprichosa y altanera, que hacía difícil recordar lo que vió en un principio en ella. Era linda, su carácter no era malo (por lo menos no siempre), y el sexo era bueno. Estar con ella era fácil, lo difícil venía cuando se disponía a hablar.

La relación no daba para más por esa razón. Y lo sabía, aunque intentase negarlo. La charla con ella era aburrida, e incluso pesada por momentos. HyukJae pensaba que la pelinegra por momentos lo trataba como un psicólogo ¿Qué opinas de lo que me dijo ChunHwa? ¿Crees que lo que me dijo tiene un doble sentido? ¿Sentís que me mintió? ¿Se habrá enojado? ... Cada vez que repetía esas preguntas  HyukJae se sentía con ganas de irse a la mierda. Siempre se consideró una persona paciente, pero cada vez que decía las misma preguntas, la paciencia se le iba por un caño.

Levantando la cabeza tenía en frente a Donghae y a su lado se encontraba Sehun, como siempre. Ambos se hablaban en voz baja compartiendo una que otra risa mientras veían el menú. Lucían como una joven pareja enamorada que estaban pasando por el mejor momento de sus vidas, cosa que lo hizo voltear la vista hacia su novia para compararse, dándose cuenta que tenía una pareja que estaban lejos de parecer una.

JiEun parecía más interesada en un chat que en comer o establecer una conversación verbal en ese momento. Menuda cita.

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—Fue una buena cita doble ¿No crees? —preguntó Donghae, quién ingresaba a la casa detrás de él.

—Estuvo bien —Respondí simplemente, no tenía muchas ganas de hablar. Era de noche y solo tenía ganas de sentarme y tomarme algo fuerte.

—JiEun... ¿Está todo bien con ella? —un silencio se formó — La noté un poco callada.

Sentándome en uno de los sillones que se encontraban enfrente mío, hice ademán con la mano para que se sentase también. No tenía ganas de hablar, pero tal vez el consejo de un amigo iba a ser útil para tomar una decisión.

—Pienso dejarla.

—¿P-por qué?... ¿Pasó algo? —Sonaba sorprendido y preocupado.

—Justamente lo contrario, hace mucho tiempo que no pasa nada con ella.

Nuevamente ese molesto silencio nos invadió. Odiaba que por estar en pareja, nuestra relación haya  cambiado. Antes no existían silencios, y si los había, los tapábamos con risas.

—Supongo que sabrás lo que harás —el sonido de una notificación le llegó, sacó su celular para desbloquearlo y con una sonrisa en los labios tecleó una respuesta rápida y corta.

—Apuesto que es Sehun —Dije viéndolo intentar no reír.

No obtuve respuesta, ya que le volvió a llegar una notificación. Estuve como cinco minutos en silencio viendo como se le cambiaba el color de las mejillas mientras sonreía.

Quería levantarme e irme, pero necesitaba seguir conversando con él. Cuando al fin guardó el celular, este empezó a sonar. Sehun lo estaba llamando.