CAPÍTULO 11

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Las gotas de sudor recorren mi frente, intento quitarlas pero tengo mis manos agarrando un sedoso cabello, que al tacto se sienten sumamente suaves lo cual me hacen no querer soltarlas ni mucho menos dejar de acariciarlas jamás.

Los gemidos salen de mi y rebotan en toda la habitación, acompañados del movimiento de vaivén que hago con mi pelvis.

Aún con los ojos cerrados puedo detectar que estoy apunto de correrme. Se sentía como estar en el mismísimo paraíso o mejor aún en la boca de una Diosa. 

—M-Mhg Hyuk~ escuché el suave gemido de la persona que estaba de rodillas frente a mí.

Ese sonido era música para mis oídos, no pude aguantar más y me corrí dentro sin importarme no estar usando condón ni que se ahogara por la inmensa cantidad de semen que liberé. Fue tanto lo que salió de mí que pensé que había regresado a la adolescencia.

Suspiré y una luz se encendió haciendo que enfocara mi vista en la persona que tenía a mis pies.

—Do-Donghae — grité y dí unos pasos hacia atrás, impresionado. 

—Hyukkiee — Me contestó aún con una sonrisa en el rostro, parecía que a él no le había afectado el hecho de haberme hecho sexo oral.

—¿Qué haces acá, Donghae?—

—Esta es mi habitación — respondió mientras se pasaba la lengua por una esquina de su boca para limpiar el semen que se le había escapado.

Negué con la cabeza y miré a mi alrededor y efectivamente visualicé que no era mía esta habitación.

—¿Por qué estoy acá? — Es más una pregunta a mi mismo que para Donghae. 

—Por que querías mi boca en tu pene Hyukkie — Respondió tranquilo como si dijera la hora.

Aún así esas palabras me habían puesto los vellos en punta, y envió a mi pene un estímulo para que se volviera a levantar. Pero había algo raro en todo esto, Donghae no es de los que hablaban de esa forma. 

Con las manos me frote la cara, y la imagen que tenía en frente de mí desapareció en un segundo a otro.

Se trataba de un sueño.

Todavía con una semierección entre las piernas me dispuse a levantarme de la cama en la que estaba y fui hacia el baño. Necesitaba limpiarme del sudor y semen que cubría mi cuerpo.

Me había vuelto loco, había soñado que Donghae me daba una mamada. Y la manera en que se la enterraba distaba mucho a ser amistosa.

Estaba mal.

*

*

*

Pasé toda la madrugada intentando darle una justificación válida por lo que había sentido en el sueño, pero ninguna me parecía lo suficientemente buena. La más convincente era que el sexo con JiEun se estaba volviendo aburrido y que no podía llegar al orgasmo fácilmente, pero no alcanzaba. 

JiEun me había mandado un par de mensajes que ni me había molestado en leer pues no tenía cabeza para ella ni para nadie, en ese momento. Necesitaba tiempo solo para aclarar unas ideas. 

Podía ser que el haber tenido una experiencia gay me haya afectado más de lo que creía, como si realmente me habiera convertido en bisexual. 

¿Pero por qué de los millones de hombres que existen en el mundo tuve que soñar con Donghae?

Era lindo, lo admitía pero no tanto como para convertir a un hetero medio bi, en gay ¿O si?

Con esas ideas todavía en la cabeza decidí prepararme para irme a correr aunque fuera de madrugada.

La Cruda RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora