Capítulo 15: El Líder

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Tlön deambulaba desesperado por cada rincón lunar. Sabía perfectamente que en cuanto llegasen sus compañeros, sería mandado a llamar por el Caballero y su cabeza rodaría por el piso arcilloso de este planeta. Inhalo profundo deteniéndose en medio de la nada. ¿Cómo demoniso esa gente había aparecido y desaparecido así como así? Algo debía estar obviando y eso le remordía la cecera- Deseaba tanto demostrar su valía ante el ser que le había inspirado a dejar su tierra y recorrer el universo destruyendo y destruyendo planetas como si se tratase de una tarea sin fin.

Un movimiento se sintió levemente tronar en el suelo quieto e inmediatamente lo advirtió: De alguna forma, ellos habían vuelto. Debían venir más fuertes y preparados ante la técnica que ya le conocían. Voló rápido sin esperar a sus secuases que le siguieron como pudieron. A lo lejos divisó unos puntos de luz tomados de las manos en círculo: Verde, negro, azul, rosa y amarillo como una corona. ¿Qué pasaba ahí? No había forma de que esperasen su ataque si parecían meditar. Se fue contra ellos como una lanza y un enorme campo de energía no recibió muy bien la perturbación. Así acabó rebotado contra una colina como un amateur. Volvió a intentarlo, lanzó esferas de energías, movió espada y disparó bazucas, pero nada movió aquella estúpida muralla invisible. Hacía diez años que no rompía una por sí solo y el orgullo de quienes lo fueron alcanzando, le impidió ordenar que alguien más lo hiciera.

Tomó la espada que llevaba en el cinturón y la levantó en el aire en posición de escudo. Luego comenzó a recitar algo inteligible para todos los que lo observaban esperando la orden para pelear. El espacio se distorcionó de tal forma que ni los colores ni las formas pareciían tener límites, ni tampoco los sabores, lo olores y los sonidos. Se trataba de un caos psicodélico y asfixiante que los tenía mareados y al borde de la inconsciencia. Las manos de los guerreros lunares estaban a un segundo de separarse y dejar el camino libre a su atacante. Will vio a sus amigos tan mal que por un momento pensó en rendirse, pero lo detuvo el certero pensamiento de la inutilidad que siempre era la cobardía. Tenía de la mano a Nemani después de todo, y aquel chico hacía rato que no respondía siendo sujetado por él y por Melissa. Todos los demás aún soportaban tratando de abrir los ojos y sujetando su poder cómo podían. Melissa fue la primera en caer escurriéndosele las manos entre las de Akani y Nemani que pronto al siguieron. ¡¿Cómo podían ser tan débiles si los habían reclutado de entre millones de personas!? Parecía un chiste la forma en que todos cayeron, excepto él y Hessa, pues al caer los demás, él la había sostenido.

_Eres el único que ha sobrevivido hasta ahora -rió Tlön acercándose hasta Will-. ¿Cuál es tu nombre? -preguntó poniendo su espada en su cuello.

_Mi nombre es William Lamberth. Soy el líder de este equipo.

_Vaya, que eres malo entonces. Prácticamente todo tu equipo está ya en el suelo.

_Déjalos ir y me rendiré ante ti.

_No necesito liberarlos para que te rindas ante mi. Estás tan débil que es como si ya lo estuvieses haciendo ahora -levantó al espada para matarlo, sabiendo ya bien lo que pasaba si llegaba a tocarlo.

_¿Por qué te demoras tanto? Te he dado permiso para que lo hagas. Si alguien debe morir, el primero siempre debería ser yo. Hess -se dirigió a ella- está bien, solo déjenlo así, no las malgasten en mí.

_No necesito tu permiso -terminó de decir y le cortó la cabeza ante Hessa que aún mantenía los ojos semiabiertos.

El cuerpo acéfalo cayó mientras aún sostenía a su compañera y la cabeza fue a dar varios metros más allá rodando. Will había muerto orgulloso y sacrificándose con la culpa sobre sus hombros. Tlön entonces dio un par de pasos y levantó de las mechas el trofeo para su amo. Ni más ni menos que el líder. Se dispuso entonces a matar a los demás, pero una ráfaga de viento helado le caló los huesos. Hessa se había levantado del suelo y lo miraba con odio sosteniendo su látigo a un metro del suelo.

_Puedo aceptar que sea prohibido, pero jamás te perdonaré que lo hayas matado, bastardo.

Era la primera vez que decía una grosería en voz alta, pero no la hizo titubear de su actitud y se abalanzó contra Tlön esquivando a todos los que se le pusieron en el camino. La velocidad con que se movía hizo dudar a los demás de que realmente estuviese ahí, sobretodo porque recién le vieron cuando ya llevaba a su líder colgando de su látigo, ahorcándolo, mientras ella sin piedad se elevaba y se elevaba en el aire. Trataron de alcanzarlo saltando y amontonándose, pero ya no era más que un punto en el cielo. Un punto que pronto cayó como un bólido, muerto y azul. Hessa entonces bajó a perseguirlos, pero ellos huyeron aterrados ante la crueldad y la decisión de la guerrera lunar rosa.

Ella miró nuevamente los restos de su compañero y se dejó caer llorando y golpeando el suelo. Debió ser más fuerte para no permitir que eso sucediese, Will la había protegido tanto y ella no había sido capaz de cuidar de él. Lo había visto morir ante sus ojos por alguien a quien luego notó que sí podía vencer. La vergüenza le llenaba de una forma que nunca antes, por más que los demás lo pensaran, había sentido realmente. Le había fallado a él y a si misma.

_Hessa -la hizo reaccionar Akani al poner su mano sobre su hombro-. ¿Quién mató a Will?

_El bastardo de Tlön.

_¿Tú lo mataste?

_Sí -se echó a llorar al entrar en cuenta de ello.

_Está bien. Está muy bien de hecho... Revivamos al líder. Ayúdame con la Meli y Nemani.

_No quiere.

_¿Qué no quiere?

_Que lo revivamos -se echó a llorar con más fuerzas.

Akani se dejó caer al suelo y la abrazó a lo que ella respondió y se echó a llorar en su hombro desconsoladamente. Los otros dos reaccionaron y se quedaron viéndolos como tratando de entender el por qué de tanta pena. Fue entonces que a Meli se levantó sacando fuerzas de su propio dolor y pudo ver el cuerpo de Will, ahí sin cabeza en el suelo como si se tratase de basura. No lo resistió y cayó de inmediato poniéndose a llorar también, tal como Nemani lo hizo unos segundos más tarde. Akani, finalmente agarró a Hessa de los hombros y le gritó:

_¡No es líder mientras está muerto! ¡Así que no debemos seguir sus órdenes! Vamos a ayudar a la Meli y a Nemani y hacemos un círculo. Necesitamos a Will si queremos seguir vivos.

Ella asintió aún llorosa y se levantó junto a él. La Meli no necesitó ayuda, ansiosa por revivir a su líder, mientras que a Nemani, hubo que sanarle unos raspillones y gritarle para que se enderezara. La cabeza de todos giraba aún un poco, pero pudieron darse las manos y pensar en Will.

#Hessa, eres tú esta vez#

_¿Cómo has decidido que sea yo?

#Eres quien más desea hacerlo volver#

_¿Entonces fue Will quien más deseaba que yo volviera la vez pasada?

#Es un líder excepcional#

_Me doy cuenta.

#¿Sabes que debes sacrificar algo?#

_Lo sé.

#¿Has decidido que será#

_Tengo pocas cosas, ni siquiera es que sean pocas las importantes. Sino que son pocas todas: Unos vestidos, unos hiyabs, a mis compañeros y a mi familia. Bueno, eso y esta foto: sacó de la nada la imagen de una mujer alta, pelirroja, de facciones europeas sin hiyab ni vestidos musulmanes.

_Tu abuela. Renuncias a su única fotografía.

_Lo sé -respondió casi llorando.

La fotografía desapareció en el aire y ella reaccionó. En el centro del círculo, Will aparecía con el uniforme intacto. Todos corrieron y se abrazaron de él que reclamaba por ser resucitado.

_Aweonao -lo golpeó Melissa -. Voh repetí esa wea y te mato.

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