-Ni lo sueñes- dije esperando encontrar a otra persona mirando a mi alrededor. Ya serian las seis de la mañana mas o menos. Muchos estaban dormidos y otros seguían bebiendo.-No te hagas ilusiones, solo lo hago por Ariel- dijo sonriendo. ¿Por qué no paraba de sonreír? A lo mejor era yo que ya estaba empezando a alucinar.
Me explotaba la cabeza.
-Violeta- dije llamándola, había desaparecido.
-Se ha ido- dijo este.
-¿Qué?- no ha sido capaz ni de despedirse. Suspiré.
-Vale, ¿dónde está tu coche?- le pregunté. Empezó a reírse.
-Ahí esta- dijo señalando la moto con la que había aparecido. Lo debía haber supuesto.
-¿Qué? no pienso subirme a esa cosa- dije indignada
-Esa cosa es la única que te puede sacar de aquí. Y si no quieres subir en ella tendré que arrástrate- dijo completamente serio. Fruncí el ceño.
-Le he prometido a Ariel que te llevaría a casa y no voy a irme sin ti- dijo aclarando las cosas.
No estaba muy segura de subirme a esa cosa, pero no tenía otra opción. Intentando encontrar a alguien que me salvara volví a mirar a mi alrededor pero nada. Suspiré aceptando.
Cogió su casco y me lo colocó en la cabeza.
-¿Y tú?- le pregunté.
-No te preocupes por mi- dijo sonriendo de lado. Me sonroje inconscientemente, será por el alcohol, pero gracias al casco dudo que lo notara.
Pasó una pierna subiéndose a la moto esperando a que yo hiciera lo mismo. No estaba muy segura de mi misma pero pase una pierna imitándole. Me quedé completamente pegada a él. Pase ambos brazo alrededor de su cintura agarrándome lo máximo posible para no caerme de la moto.
-¿Qué pasa?- le pregunté al ver que no arrancaba.
Se rió y arranco la moto, haciendo que lo apretara aun más si era posible.
Llevaríamos la mitad del viaje cuando frenó de repente.
-¿Qué pasa?- le dije.
-No entiendo porque le tienes tanto miedo a las motos- dijo frunciendo el ceño y mirándome.
-No les tengo miedo- dije. Ni yo me lo he creído.
-Mientes fatal, inténtalo la próxima vez-dijo arrancando otra vez.
Este chico es bipolar lo tengo asumido.
Al llegar me bajé lo más rápido posible. Me quité el casco y se lo devolví.
-Bueno, gracias... supongo- dije y empecé ha andar hacia la puerta de mi edificio.
Escuche como aparcó y se bajó de la moto. Me giré y le fruncí el ceño.
-Le prometí a Ariel que te llevaría a casa, y por lo que sé, no vives en la calle-dijo.
-Es verdad- dije. De repente me di cuenta de algo.
-¿Como sabías que vivía aquí?- soltó una carcajada.
-¿Después de tanto tiempo te das cuenta?- dijo. Es verdad. Me sonroje de repente.
-Ariel me lo dijo antes de irse, pero tú estabas tumbada en el suelo- me aclaro.
Solo puede asentir.
Al llegar a la puerta de mi piso me di cuenta de que no sabía cómo se llamaba. Pero no quería hacer otra vez el ridículo delante de él. Ya se lo preguntaría a Violeta.
-Gracias- dije entrando. Solo me sonrió. Cerré la puerta sentándome detrás de ella. Solté todo el aire que estaba conteniendo.Que intenso es este chico.
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Mitades imperfectas
RomanceAmalia es una chica que disfruta de la soledad. Su mayor hobby es representar por sus dibujos como ve ella la vida. Axel, un motero el cual tiene demasiados problemas sin resolver. Muchas cosas del pasado salen a la luz y se destruyen demasiadas co...