Violeta ya se había ido hace una hora, yo seguía pensando que ponerme. Me decidí por unos pantalones cortos negros y un top blanco que dejaba todo la espalda al descubierto. Con una coleta alta. Cogí mi bolso cuando llamaron al timbre, comprobé que era Axel. Al abrir salí sin dirijirle la palabra y me puse a esperar al ascensor.Él tampoco dijo nada, vi que estaba sonriendo mientras me miraba.
-¿Qué?- dije molesta, iba a ser una noche muy larga.
-Nada- dijo negando con la cabeza mientras sonreía.
Bajamos de la moto, la había aparcado en la acera de enfrente.
Era una fraternidad. Yo no estaba en ninguna, pero la mayoría de gente si.
Entramos en una casa enorme, estaba todo el mondo saltando en el salón, había una piscina en la cual ya había gente. Y vasos rojos por todas partes.
Alguien me agarró por la cintura y me levantó.
-Nick para- dije riéndome.
-Ven, estamos allí- dijo señalando el jardín.
-Ahora voy, voy a beber algo- dije. Axel seguía detrás mía con cara de pocos amigos. Le agarré de la mano y le guié a la cocina donde había menos gente.
-¿Quieres beber algo?- le pregunté.
-¿Ahora eres maja?- dijo con los brazos cruzados.
-Me he propuesto no matarte esta noche- dije con una sonrisa. Me bebí el baso entero de un trago, Axel frunció el ceño. Me lo rellené otra vez y también me lo bebí. Me dirigí hacia el jardín donde estaban todos mis compañeros.
-Hola- dije para todos.
-Este es Axel- dije un poco mareada, el seguía con cara de enfado.
Estubios toda la noche hablando cuando Violeta vino llorando hacia mi.
-Amalia- dijo casi sin poder hablar.
-¿Qué ha pasado?- dije intentando averiguarlo.
-A sido Ariel, me lo he encontrado enrollándose con otra chica- No me lo podía creer, otra vez. Me levanté dispuesta a matar a Ariel. Axel me agarró del brazo.
-Ahora no Axel- dije completamente seria.
Estuve un rato buscando cuando lo encontré alrededor de un grupo de gente, me hice hueco como puede y sin pensarlo le pegué un puñetazo en la cara. Creo que me dolió más a mi que a él. Al segundo me arrepentí.
Me cogió de la muñeca, yo intentaba irme pero no me lo permitía.
-Suéltame- gritaba pero no me hacía caso y los demás no paraban de reírse.
Iba a abofetearme cuando Axel le pegó en la cara haciendo que los tres callaremos al suelo.
Ariel se calló encima mio, mientras estaba pegándose con Axel yo no podía moverme. Cuando giraron empezaron a rodar y por fin pude salir. Iba a correr cuando vi a Ariel inconsciente en el suelo y a Axel pegando le sin parar.
-Axel-grité esperando que reaccionara. No paró ni un segundo. Me tiré encima de él por la espalda, si seguía así lo mataría.
-Axel, por favor para- le dije al oído cuando se incorporó conmigo en la espalda. Ariel estaba tendido en el suelo sin moverse.
-Vayámonos- le dije cuando me bajé al suelo y le miré a la cara. Sin contestarme subimos a una habitación cualquiera, yo busqué algo con que taparle los nudillos, no paraban de sangrar.
Cuando volví estaba en la cama sentado mirando al suelo sin decir nada.
Le cogí una mano con cuidado de no hacerle daño, y empecé a limpiarle la sangre. Se lo vendé y cogí al otra. Al terminar seguía sin mirarme a la cara.
Le levanté la cabeza con cuidado con una mano, el la puso en el mismo sitio. Sin decirme nada me agarró de la cintura y me subió encima de él, tenía el pulso acelerado. Estaba encima de él en una cama de alguno de los chicos de esta fraternidad sin saber que hacer.
Inconscientemente me acerqué a su rostro, estábamos a unos centímetros. Él sin poder aguantar más cortó esos centímetros dejándome completamente pegada a él. Me agarró la nuca y me pegó contra sus suaves labios. Me sentía bien, a gusto. Movía la lengua de un lado a otro haciendo que se me escapara un gemido corto pero notable. Me besó el cuello haciendo que perdiera completamente el control.
Sino paraba ya no sabría que podía pasar. Me separé de él. Los dos estábamos jadeando a la vez.
-Te llevo a casa- dijo levantándose y llevándome de la mano.
¿Qué acababa de pasar?¿Porqué le había besado?
Seguimos de la mano hasta subirnos a la moto, la verdad me encanta esta moto.
Al llegar a mi edificio paramos.
-No subas, seguramente esté Violeta llorando- dije mordiéndome el labio.
-No hagas eso- dijo.
-¿El qué?- dije sin sabes a que se refería.
-No muerdas ese labio, sino no podré contenerme- dijo acercándose. Me tenía contra la pared atrapada. Esta vez fui ya la que no pude mantener las distancias. Le agarré del pelo y le pegué lo más fuerte que pude contra mi. Él no tardó ni un segundo en responder. Me bajo la mano por la espalda haciendo que me entrara un escalofrió y se me erizara la piel. Cuando necesitaba coger aire le separé tirando del pelo.
-Buenas noches- dijo abriéndome la puerta.
Le sonreí, que pena que todo se fuera a destruir.
ESTÁS LEYENDO
Mitades imperfectas
RomanceAmalia es una chica que disfruta de la soledad. Su mayor hobby es representar por sus dibujos como ve ella la vida. Axel, un motero el cual tiene demasiados problemas sin resolver. Muchas cosas del pasado salen a la luz y se destruyen demasiadas co...