¿No te das cuenta de que nada volverá a ser como antes?
Millones de veces me he repetido esta pregunta.
Una tras otra, mi mente intentaba hallarle respuesta pero no lo conseguía.
Y volví a preguntarme.
¿Qué fue de aquellos días?
¿Qué paso con aquella chica que siempre sonreía?
No era capaz de calmarme.
Una tras otra las lágrimas recorrían mi cara sin consuelo.
Me ahogué en un mar salado, en el que no sabía nadar y tampoco había nadie que me salvara.
De pronto oí algo. Venía del otro lado de la ventana.
Corrí hacia ella con la esperanza de encontrar algo. ¿El qué? No lo sabía, tal vez la felicidad.
Abrí rapidamente la ventana. Y de repente, toda la esperanza que quedaba en mí desapareció.
Solo era un pájaro.
¡Solo era un pájaro!
¡Qué ingenua! Y yo que pensaba que encontraría la felicidad.
Cuando ya no podía más y sentí que de un momento a otro me derrumbaría ví algo.
Algo que me impresionó.
El pájaro estaba volando.
Sentía que me llamaba.
De pronto de subí al filo de la ventaba.
Yo también quería volar.
Saltaría. Estaba dispuesta a saltar.
Miré una última vez atrás.
Salvo mi almohada, no había nada más esperando en aquella oscura habitación.
Lo tenía claro.
Yo también quería volar. Yo simplemente quería ser feliz.
Y limpiándome la última lágrima de mi rostro, tomé aire...
Y dejé caer mi cuerpo al vacio.
No sé que ocurrió después. Solo puedo recordar que durante algunos segundos fui feliz... Y pude volar.
ESTÁS LEYENDO
Todo es lo mismo
ŞiirSoy Ana, tengo 14 años y me estoy muriendo. Tengo una extraña enfermedad llamada sindrome de San Filipo, que hace que los chicos y chicas que la padecen tengan solo un uno por ciento de posibilidades de superar los trece años por poco tiempo más. Mi...