La sabiduría de los dioses

Capítulo 14 : "Terror"

Parte 1.

Respiré profundo antes de sumergirme... al hacer contacto mi temperatura corporal bajó al instante, el agua estaba  demasiado helada. Empecé a desesperarme cuando mis pies no tocaban fondo, no podía nadar bien, la verdad era muy complicado hacerlo con tan solo un brazo.

Segundo a segundo me hundía más y más, segundo a segundo entraba más y más en pánico, sin duda alguna una de las peores sensaciones que había experimentado en mi vida.

Mis pulmones comenzaron a pedirme a gritos oxígeno, mi cuerpo necesitaba salir del agua, lastimosamente todo intento fue en vano. Pasaba y pasaba el tiempo y el poco aire que me quedaba salió por mi nariz y mi boca, pero eso no fue lo peor, lo peor estaba por suceder, tragué agua, demasiada agua, mis pulmones se empezaron a inundar, me quemaba el pecho, poco a poco sentía que perdía el sentido, el conocimiento, hasta que llegó ese punto en el que ya no luché más, no tenía fuerzas para otro último intento pero... Tampoco había dolor, ni ninguna necesidad, solo sentí una paz que me invadió por completo y miles de recuerdos tomaron mis pensamientos.

«Con que así se siente morir he... es más romántico de lo que pensaba, solo me duele algo, dejar a papá sólo, espero puedas perdonarme viejo, quise compartir una última cena a tu lado pero... creo que aquí termina mi viaje, sonreí nostálgicamente a boca cerrada antes de cerrar mis ojos.»

~ Momentos antes ~

Lily Anderson

—¡Ahí se vé!—Exclama dylan señalando la cascada—Miren esa deliciosa fuente de vida, si fueras una chica créeme que no dudaría en hacerte bebés—Reímos a carcajadas al escucharlo.
—No puedo creer que digas ese tipo de comentarios en una situación así—le dije y golpee suavemente su cabeza.
—¡Auch!—finge dramáticamente una muestra de dolor—¿Hay qué verle el lado divertido a todo no?

La verdad tenía razón ese pelirrojo cabeza hueca, Dylan siempre ha sido ese chico simpático y gracioso desde que lo conocí, nunca lo veo sin esa mágica sonrisa que cautiva e inspira a los que lo rodean, en pocas palabras todos necesitamos a un “Dylan” para ver sin importar el momento lo divertido de la vida.

—¡Shh!—observo a jostan con el dedo en sus labios—No hagan mucho ruido.

No entendía el por qué hasta que con su dedo nos señaló una dirección, mis ojos siguieron sus indicaciones, fruncí el ceño y coloqué mi mano sobre mi frente para tapar la luz del sol y observar mejor, al detallar esa “cosa” mis ojos se abrieron como platos, mi expresión se puso fría,  estaba tensa, desconcertada.

—¿Qué demonios es esa cosa?—Dice Christopher—Pero era algo que todos nos preguntábamos.
—No lo sé chicos pero quiero irme de aquí ahora—Mencioné.

«Y era obvio que quería estar en la comodidad de mi habitación, viendo Netflix y comiendo pasta cruda... Si, me gusta la pasta cruda ¿y?.

Pero ese “quiero irme de aquí ahora” era más que volver a casa, más bien era irnos de ese lugar del bosque, no lo sé pero un escalofríos pasa constantemente por mi cuerpo, no me siento bien aquí, tengo un mal presentimiento y se los hago saber...»

—Chicos algo anda mal con todo esto, busquemos una salida y vamonos de este bosque tan tenebroso.

Después de decirlo siento unos brazos que me rodean, me dan paz, son tan cálidos y lo escucho susurrar a mi oído “No tengas miedo pequeña, yo estoy contigo” su voz hace erizar cada átomo de mi ser, sentir cada rincón de su cuerpo junto a el mío me enciende, ver sus facciones tan definidas me hace morder mis labios.