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Iseul trataba de concentrarse en su clase de literatura. Clase que siempre había disfrutado y que siempre llamaba su atención, sin embargo, esta vez no.

La razón era que su futura boda bloqueaba el resto de sus pensamientos.

Aún quería vivir como la chica de 19 años que era.

Su agotamiento mental también se debía a que su familia había organizado una cena en donde oficialmente se anunciaba su compromiso y...

– Iseul... ¿Me estás escuchando?

La chica nombrada no se había percatado de que su mejor amiga le había estado hablando desde hace un tiempo.

– Lo siento, ¿que decías?

Se obligó a prestar atención aunque el noventa por ciento de su mente siguiera bloqueada.

– Que una de las chicas de último curso de la otra facultad de leyes organizó una fiesta, la verdad ni si quiera se su nombre pero dicen que sus fiestas son muy buenas. ¿Iremos?

Iseul miró con cara desagradable a Hyeri. Eso la había puesto aún más de mal humor.

– Como si no lo supieras. ¿Lo haces a propósito?, sabes que no puedo, joder, tengo la estúpida cena con los Jeon.

Hyeri hizo una mueca, lamentándose haber intentado que su amiga lo olvidara.

– Lo siento. Claro que lo sé idiota. Solo pensaba que eso podría ayudarte.

Cuando iba a responder el timbre que hacía aviso de que el alumnado era libre sonó.

– Vamos a mi casa.

[...]

– Aún así... No entiendo cual es el problema, te agrada y aparte esta muy bueno.

Iseul le explicó la situación a Hyeri para evitar traer tanta carga sobre los hombros, pero solo conseguía estresarla más, era como hablar con una pared.

– No, nunca lo vas a entender.

Iseul estaba a punto de morir.

– Is, ¿por qué no tratas de disfrutarlo aunque sea un poco?, finalmente... Solo vas a vivir una vez, es una experiencia extra, también vas a aprender de esto. Vamos, prometo que te sacaré, solo dales unos minutos, tal vez te vaya mejor de lo que esperas.

Quiza Hye estaba en lo correcto, pero era tan agobiante. Si algo le estaba enseñando este capítulo de su vida es que definitivamente cuando ella tuviera sus propios hijos nunca, nunca, haría algo así, algo tan grave y egoísta.

– De acuerdo, pero tienes que hacerlo, lo más pronto posible. ¿Puedes ayudar a elegir algo para vestirme?

Hye sonrió triunfante, no solo porque Is aceptará ir a la cena, si no que se le había venido a la mente una idea genial. Si su amiga no hacía lo mínimo por congeniar con alguien, ella iba a ser quien diera el pequeño empujón.

[...]

– ¿Que mierda estás diciendo?, jamás lo lograrás Hye-ji.

– Oh, vamos, solo unas cuantas, luces preciosa, no lo desperdicies. Además... No vamos a mandarlas a los idiotas, estúpidos e inmaduros de nuestras clase, ni de la facultad entera, ¿quien crees que soy?

Hye convencía a Iseul para hacerle una sesión de fotos y mandarlas al azar a chicos atractivos e inteligentes (según Hye lograría saber cuando un chico conviene aun con solo ver su foto perfil de cualquier red social.)

– Es algo absurdo, además... Puede ser peligroso.

Iseul se mostraba incómoda y demostraba demasiado lo idiota que le resultaba aquella idea.

P H O T O G R A P H Y; KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora