Williams se levantó sin dar explicaciones y salió corriendo de la sala de juntas todos se quedaron petrificados ante su actitud, nadie dijo nada, su padre logró alcanzarlo mientras esperaba el ascensor.
— Hijo que pasó por qué sales así— él con voz entrecortada y con lágrimas en los ojos sólo logró decirle.
— Mely tuvo un accidente papá— y se fue en el ascensor.
Había recibido la llamada de un paramédico, que al darse cuenta quien era ella no dudo en llamarlo pues los había conocido en uno de los hospitales de niños con cáncer donde ellos hacían obras de caridad.
De camino a la clínica recibió la llamada de Samantha quien ya estaba allá.
— Ya voy en camino por favor avísale a los demás— La sintió llorar.
— Esto no se ve bien cuñado— le dijo ella bajo lágrimas.
— Cálmate Sam ya estoy cerca.
— Ya mis padres vienen en camino— Colgó la llamada.
Williams se perdió en sus pensamientos, ella va estar bien, ella no me puede dejar, golpeaba el volante con impotencia, lleno de ira y de dolor. No me puedes dejar hermosa, esto no puede acabar así. Llegó a la clínica, estaciono su vehículo y bajo corriendo, cuando entro pregunto en recepción y le dieron indicaciones, en la sala de espera se encontró con una Samantha destrozada, había llorado mucho, corrió y lo abrazó, no paraba de llorar. El dolor la estaba consumiendo, estaba en la clínica por casualidad cuando vio entrar la emergencia para darse cuenta que era Melyanna. Estaba toda bañada en sangre, no se movía y vio que le tenían puesto un aparato en su vientre. Escucho decir a los médicos que la llevarán rápido a quirófano. Sus piernas flanquearon apoyándose de la pared para no caer. Sólo le pidió a Dios que su hermana estuviera bien junto a su bebé.
Llegaron los padres de Mely, su madre estaba inconsolable, todo era un caos. Williams estaba sentado con sus brazos apoyado en sus rodillas sus manos en su nuca mirando el piso, así estuvo hasta que su madre llegó. Ella lo llamó varias veces, lentamente levantó la mirada hacia su madre y fue ahí que se quebró por completo llorando como un niño pequeño en los brazos del ser que le dio la vida, sus sollozos eran fuertes, todos observaban con tristeza la escena, en ese momento quedó claro para todos hasta donde ese hombre era capaz de amar a Mely. Habían pasado casi cuatro horas y nadie daba ninguna información.
De pronto salió un médico preguntando por los familiares de la Sra. Lattorcad—Rossi, Williams se levantó con prisa para acercarse a el médico le tendió la mano para presentarse.
— Yo soy Williams Lattorcad, soy el esposo de Melyanna— los miró a todos, dio un pequeño suspiro lleno de cansancio.
— Soy el doctor Devon Artiaga, el bebé está bien no sufrió ningún trauma y se encuentra estable en el vientre de su madre, sin embargo la señora Lattorcad sufrió una fuerte contusión en la cabeza, también tenía fractura en su brazo derecho que fue operado de emergencia, y paramos una pequeña hemorragia en su cabeza debido al fuerte golpe, ella estará en cuidados intensivos hasta que logre reaccionar. Por los momentos está estable.
— Doctor necesito que me diga si todo va estar bien cuando mi esposa despierte pregunto un Williams angustiado y abatido.
— No puedo asegurar nada todavía, tenemos que esperar a que ella despierte—
Esa noche y todas las siguientes Williams no dejo la clínica para nada. Pagaban una habitación para que él se pudiera duchar, comer y dormir.
Samantha estaba destrozada por lo que estaban viviendo en ese momento por el accidente de su hermana pero no pudo evitar ver al hermoso Dr. Devon Artiaga, era imponente, extremadamente guapo y notó que en varias oportunidades la miraba mientras explicaba el estado de su hermana. Tal vez la miro por su maquillaje corrido y se veía toda desarreglada. Ella suspiro al recordarlo y soltó una risita interna.
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Mely, Siempre Te Amaré (COMPLETA y EDITANDO)
RomanceElla una tímida estudiante de literatura, ama leer, adora escribir, odia los eventos sociales, tiene 20 años. Él un hombre de negocios, mujeriego por elección, ama los enentos sociales, dueño de un gran complejo hotelero, tiene 31 años Dos personas...