Vivir sin ella era una tortura, era vivir a ciegas, era vivir por vivir, se sentía sólo, lloraba en silencio, sentía que su alma gemela, la mujer de su vida, su hermosa criatura, su muñequita ya no lo recordaría. Había investigado casos similares, descubrió que a veces alguna impresión fuerte traía de golpe los recuerdos, así como también existía la posibilidad que nunca recobrará la memoria y ese sólo pensamiento lo mataba lentamente. Él daría su propia vida por la de esa mujer que le enseñó amar. Casi no dormía, se acostumbró al cuerpo desnudo de su mujer recostado al de él para dormir.
El timbre de su teléfono lo saco de sus pensamientos, eran casi las cuatro de la madrugada, cuando vio quien lo llamaba contesto.
— Hola Sam, ¿paso algo?— se sintió angustiado de momento su mujer estaba embarazada y la fecha de parto a estaba cerca.
— Cuñado estamos en la clínica, Mel tiene contracciones, quiere que tú estés con ella para cuando nazca el bebé— sintió su corazón palpitar fuerte, esas palabras fueron suficientes para tener la esperanza de que ella lo recordará pronto — Salgo para allá Sam—
Camino a la clínica aprovechó para avisar a sus padres, todos merecían estar allí para cuando Jhosee llegará al mundo.
Williams llegó saludando a todos, se le veía emocionado, sabía que hay comenzaría una nueva historia para ellos al lado de su pequeño. Se fue con una enfermera, le indicó que debía colocarse batan, gorro y zapatos esterilizados. Lo llevo a la habitación donde estaba Mely, cuando entro ahí estaba con carita de dolor, Amalya estaba a su lado, se acercó lentamente no quería presionarla o hacer algo que la pudiera incomodar, pero aquel gesto de Mely lo dejo sorprendido, ella le extendió la mano para que se acercará, él gustoso la tomó, por un impulso que no pudo controlar la besó en los labios, lo había deseado tanto que no pudo aguantar, ella le correspondió.
— Estarás bien hermosa, estoy aquí para apoyarte— y sin perder el tiempo la besó de nuevo, esa era su droga y hacia días que no la probaba así que esa era una magnífica oportunidad que jamás dejaría pasar.
Dos horas después se escuchó el llanto del pequeño Jhosee que fue acompañado por las lágrimas que derramaba Williams, besó la frente de Mel repetidas veces.
— Ya somos papá Will— la escucho decir con voz cansada pero cargada de emoción.
Jhosee era un bebé hermoso, había pesado casi cuatro kilos, sus cachetes eran regordetes, su tez blanca y sus caballitos eran castaños, el bebé era el vivo retrato de Will, era una versión miniatura de él.
Todo en ese momento era felicidad, en la habitación estaban todos esperando que llegará el pequeño heredero Lattorcad—Rossi, los abuelos esperaban emocionados, los tíos ya tenían una guerra entre ellos por quien sería el primero en cargarlo, Mely se mantenía callada, Williams se sentó a su lado acariciando sus mejillas, veía en sus ojos una alegría pero también algo de tristeza, tomó una de sus manos entre las suyas depositando un tierno y cálido beso en ella.
— Hermosa, gracias por hacerme el hombre más feliz de este planeta, este será mi mejor regalo después de ti— Ella lo miró, acarició una de sus mejillas.
— Perdóname Williams por no poder recordar nada— dejo caer lágrimas, lágrimas que el enseguida seco, beso su frente con ternura.
— Hermosa no tengo nada que perdonarte, no es tu culpa, sólo te pido que no me alejes de ti, ni de mi hijo, ustedes son lo más importante en mi vida, quiero estar ahí para apoyarte, para ayudarte, los quiero en mi vida Mely— le aseguro con voz melancólica. Todos en silencio escuchaban a Williams, su madre sabía que su hijo estaba sufriendo, así que dejo caer sus lágrimas.
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Mely, Siempre Te Amaré (COMPLETA y EDITANDO)
RomanceElla una tímida estudiante de literatura, ama leer, adora escribir, odia los eventos sociales, tiene 20 años. Él un hombre de negocios, mujeriego por elección, ama los enentos sociales, dueño de un gran complejo hotelero, tiene 31 años Dos personas...