💌Carta 82💌

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Se acabó; este es el final. Me he vuelto a cortar otra vez y esta vez en los dos brazos y hasta en las piernas. Me gusta observar la sangre fluir de las heridas como pintura fresca.

Ayer... desearía poder borrar el maldito y espantoso ayer. Lo que sucedió es que... es que... simplemente cerrar los ojos y puedo imaginarme las cosas que pasaron. Cierro los ojos y puedo recordar... sus horrendas manos encima de mí, su aliento, su tacto agresivo, sus piernas, sus facciones, su rostro... lo veo y el pánico me corrompe más de lo que aquella persona lo hizo físicamente. Dios, deseo morirme, hacer una cortada profunda que pueda llegar a partir mi vena y desangrarme como en las películas dentro de mi baño sin que nadie se entere, pero, ¿sabes algo? En las películas la protagonista es salvada a tiempo por su príncipe azul y vive y se enamoran y es feliz por el resto de su vida. ¿Y sabes algo que es más gracioso? Que no tengo el valor todavía para hacerlo, para acabar, ¿por qué? Porque estás tú metido en mi cabeza y visualizar tu imagen me da una pizca de esperanza dentro de esta negra tormenta, pero he estado marcando a tu celular y no has cogido mis llamadas.

Ayer... vino al departamento un sujeto que reclamó dinero que mi padre le debía. Llegó con otros dos que parecían ser sus guardaespaldas. Entró a la fuerza, destruyó el viejo apartamento, dándolo vuelta completamente y me golpeó por no decirle dónde estaba el maldito dinero que ni siquiera sabía que existía. Al no cooperar con él, me... me... obligo a... me violó. Sus secuaces se quedaron fuera, en la puerta para asegurarse que nadie interrumpiera, pero antes me amordazaron para que no gritara.

El sujeto... sus manos las recuerdo aún, tocando lo que quería. Sus labios, sus asquerosos labios pasaron por donde le apeteció, recorrió cada rincón de mí. No hubo lugar que no tocó o besó y luego de la larga tortura de sentirle manosearme, me violó. Grité por el dolor de la fuerza que usó pero nadie fue capaz de oírme por culpa del trapo que colocaron en mi boca. Quise escapar, pero él era realmente fuerte, me sujetó las manos y me impidió huir lejos, y aunque lo hubiera hecho seguramente sus gorilas me hubieran atrapado enseguida. Lloré mucho, pero no le importó para nada, y no lo hizo una vez... lo hizo tres.

Tres tortuosas, macabras y horripilantes veces.

Simplemente me hizo añicos.

Al final encontraron un dinero que no sabía que había metido bajo la cama de David y se fueron. Me dejaron tirada, sangrando por los golpes y por la violación en mi habitación. Hasta que no me sentí medianamente a salvo no me moví, no respiré siquiera. Respirar me se hacía difícil, moverme se me hacía difícil; vivir se me hacía difícil.

Y me siento sola, destruida. Te necesito más que nunca. Necesito liberar este dolor enorme que me asfixia las entrañas y el corazón. Explotaré. Me romperé en trillones de pedazos insalvables.

Ayúdame. Te lo suplico.

Atte: Grillo.

Cartas a ti | Youngjae | GOT7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora