Puños en sangre; caminando sin rumbo
la calle está oscura, oigo mis latidos.
Oh no.
Me persiguen;
los noto
los siento
los veo.
Son mis demonios;
ya están aquí.
Todo se turba negro y
no siento mi respiración,
estoy tendida en el suelo
escucho golpes, no veo.
<<¿Qué está pasando?
¿Acaso estoy soñando?>>
Me despierto, veo algo.
Hay una mujer frente a mi
caucásica de rasgos afilados
tiene los ojos almendrados
pero la mirada vacía.
Me mira fijamente
entonces me percaté:
era yo.
Me asesinó
me agredió
me mató.
Perdón:
me asesiné
me pegué
me resigné
y me maté.
Todo sucedió
parece que nunca ocurrió
era ella; era yo.
La oscuridad se cernió
todo volvió, más tarde;
de nuevo, desapareció.
Y me encontré con la mujer,
es irónico;
fui mi víctima, mi verdugo.
Una y otra vez
hasta que lo comprendí
entonces en ella me convertí.
Vigesimosexta vez:
me vuelvo a despertar,
ella vuelve a estar;
me levanto, me observa;
me acerco, temerosa del cuchillo de su mano;
viste de blanco y se mancha de sangre,
diría que suele parecerse a un baile;
presto, la lanzo contra la ventana;
se cae el cuchillo y lo obtengo;
por fin, me dispongo a hacerlo.
La mato... La maté
mejor dicho: me maté.
Entonces no consigo caer en la pesadilla,
tengo los pies petrificados;
paso la noche sin poder sentarme
intento buscar donde apoyarme
apenas me puedo mover,
me siento encadenada.
Y apareció; en la cama acostada
abrió los ojos y me vio
se levantó y se acercó.
Tenía que hacerlo,
no tuve opción:
cerré los ojos y apunté a su corazón.
Al día siguiente se repitió.
Puedo sufrir su dolor,
siento su respiración.
Esto es el infierno
estoy segura que no hay lugar peor.
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Frío.
PoetryNo soy yo. No eres tú. No es nadie, y a su vez, somos todos. Relatos de una mente perturbada. Estos relatos se pueden leer desordenados. Se dividen en dos bloques que están mezclados: Nombres en latín Nombres en castellano.