Paso mis manos por sus caderas
la beso lentamente
me recorre con la mirada.
Y estamos;
más desnudos,en cuerpo y alma.
Posa sus labios en mi cuello,
siento que voy a perder el sentido.
Mejora por momentos
sólo escucho su respiración
y cuando parece que llega el final
decidimos que otra vez más.
Parece que no tengamos fin
que nos queramos comer,
el anhelo de la cercanía a la persona amada.
Todo parece un sueño.
Seguimos.
Y seguimos.
Y seguimos.
Pierdo la noción del tiempo;
en realidad nunca la tuve.
Sueño despierto con ella,
y ahora estoy en su cama.
No lo habría imaginado.
Estoy eufórico
y aun no hemos acabado.
Estoy entusiasmado,
sigo sin creer lo que ha pasado.
Parece un sueño...
Un sueño...
Espera...
Abrí los ojos. Era un sueño.
Me contemplé a mi mismo,
sobre mi almohada,
anhelando el sueño,
queriendo vivir en el.
Todo era mentira,
una estrategia del subconsciente.
Demasiado buena,
pues reparé en mi erección.
Joder, ¿cómo pudo ser tan real?
Tal vez sea cosa de la costumbre,
creemos lo que queremos
y aunque se vean indicios de lo contrario:
creemos ciega y fielmente.
Una mentira, una estafa...
demasiado buena para ser verdad.
En realidad, estoy en una tempestad,
soy incapaz, de lidiar con esto y aguantar.
Tal vez fuera un sueño,
despierto también sé soñar;
tuve que suponerlo,
es imposible
amar es sólo imaginar,
totalmente irreal.
Pero lo quiero imaginar,
quiero pensar,
que el amor pueda llegar a funcionar,
que tal vez el contacto físico pueda tener algo detrás.
Cupido apuntó mal, directo al cuello.
Y ha conseguido que no pueda volver a amar,
en realidad, me cuesta hasta respirar:
Cupido, si te encuentro
eres ángel muerto.
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Frío.
PoetryNo soy yo. No eres tú. No es nadie, y a su vez, somos todos. Relatos de una mente perturbada. Estos relatos se pueden leer desordenados. Se dividen en dos bloques que están mezclados: Nombres en latín Nombres en castellano.