Era esa sensación, me resultaba familiar...
Tan enturbiadora como la descomposición de un cadáver,
un grito en el cielo embaucador y mortal;
se asemeja al canto de la sirena, a lo lejos en la mar.
Son los gusanos en el esófago, moviéndose sin parar;
reptando por mi ser, provocándome nauseas y malestar.
No estoy enferma, no lo voy a estar:
quiero parar de escuchar las voces
me dicen que atrapada estoy y voy a estar.
Como si Aracne hubiera tejido mi final,
o como si hubiera tratado de robar a Heracles
y Zeus me hubiera desterrado a la mar. (Caribdis)
No sé que esperas, o que quieres esperar...
Que deseas, o que dejas por desear...
Son serpientes en mi estómago,
monstruos por salir, para destrozar.
Una baraja de cartas en el aire,
¿dónde está mi lugar? ¿qué siento?
¿a quién me dirijo? ¿qué más da?
¿Llevarán razón?¿acaso de mercurio estará lleno mi corazón?
Era un as de corazones, voló por la ventana y no hubo noticias nunca más.
Tal vez sea idiota, pero me da miedo volver a tomar veneno...
Aún no sé, si los gusanos me vencieron.
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Frío.
PoetryNo soy yo. No eres tú. No es nadie, y a su vez, somos todos. Relatos de una mente perturbada. Estos relatos se pueden leer desordenados. Se dividen en dos bloques que están mezclados: Nombres en latín Nombres en castellano.