Son fantasmas, los veo en las paredes...
intento evitar mirar,
pero ahí están.
Para siempre,
para siempre...
siempre, es la palabra.
La palabra de la angustia,
la palabra del amor,
del desamor,
del perdón, del odio;
la palabra del tu y del yo.
Y yo: no quiero un siempre.
Nunca, nunca se cumple
"¡Nunca lo haré!"...
y pequé.
Bien, pues:
¡Nunca lo conseguiré!
¡Nunca podré!
Venid fantasmas: no tengo nada que temer.
Y ellos vienen, y los venzo otra vez.
Los fantasmas, tienen fuerza
la fuerza que les doy, que les permito
y ya no tendrán más.
¡Pero joder!
de nuevo me persiguen,
estoy harto de luchar.
Creo que no puedo escapar
y es posible que este sea el final.
Pero no.
No.
No.
Y no.
No me vencerán,
esta vez no podrán.
Miro las paredes,
ellas me miran a mi,
es como un mar de recuerdos
y soy el pirata que van a capturar.
La marea está revuelta;
quiero potar.
Los fantasmas me miran
a lo largo de la habitación caminar.
Son demasiados,
da la sensación de que te pueden,
quieres quedarte estancado:
pero sabes que no debes.
Y vuelves a luchar,
vayas donde vayas
de ellos no puedes escapar.
Podrás tomar un avión,
viajar por el mar,
correr por la tierra,
pero ellos siempre van a estar.
Aprende a lidiar con ellos,
porque otros se le van a sumar.
Quieras o no eres su rehén,
y tienes que aprender
que para vivir
hay que prestar menos atención
de la que te hacen creer.
Ríe, piensa, siente, vive.
Pero no, no les mires.
Ignóralos.
No los desprecies,
son como tu y como yo.
Recuerdos por crear.
YOU ARE READING
Frío.
PoetryNo soy yo. No eres tú. No es nadie, y a su vez, somos todos. Relatos de una mente perturbada. Estos relatos se pueden leer desordenados. Se dividen en dos bloques que están mezclados: Nombres en latín Nombres en castellano.