CAPITULO 11: “ALGO FUERA DE LO COMÚN”
Me desperté sobresaltada al oír el ruido de algo estrellándose contra el suelo. Me di cuenta donde estaba, tenía a Nico dormido sobre mí, con cuidado me separe de él y me levante de la cama. Creí oír a alguien diciendo: “maldición” pero no estoy segura. Camine hasta que vi el causante del ruido, Manuel había vuelto. Me acerque a él, estaba muy avergonzada me debe haber visto dormida! Que le iba a decir con respecto a eso? Todas las preguntas que cruzaron mi mente desaparecieron cuando vi que su mano sangraba.
- Estás bien?- dio un pequeño brinco, será que lo asuste?
- Casi me matas del susto, no te oí llegar- si lo había asustado, pero ahora lo importante era su mano.
- Tu mano está sangrando dónde tienes el maletín de primeros auxilios?
- Está en el baño, pero tranquila no es nada serio solo es una cortada a causa del vaso que se rompió- está loco si piensa que me voy a quedar tan tranquila.
- Voy a buscarlo, mantén apretada la herida para que pare de sangrar- camine directa al baño, y tome el botiquín. Regresé a la cocina, milagrosamente me había hecho caso y tenía la herida apretada.
- Enserio no es nada.
- A ver déjame ver- me ofreció su mano, se había cortado en medio de la palma, tome un trozo de algodón y lo mojé en el desinfectante- esto puede arder un poco- le dije y comencé a pasarlo por la herida, pude notar como se tensaba seguro le ardía. Por suerte era una pequeña cortadura aunque sangraba bastante. Su mano era grande, y sus dedos largos y finos, lo que daría por sentir una caricia suya. Wouo alto ahí Victoria! Que estás pensando por el amor a Dios, es una de las locuras más grandes que se te pudo ocurrir. Sentí como me sonrojaba de solo pensar en ese pensamiento.
- Dormiste a gusto?- me preguntó sacándome de mis pensamientos, levanté la vista y lo tenía más cerca de lo que me esperaba, si ya estaba ruborizada imagínense como me encontraba ahora.
- Eh, si- trague saliva- siento mucho haberme quedado dormida- le dije mientras terminaba de limpiar su herida y la cubría con una bandita. Tenerlo tan cerca me puso realmente nerviosa, que es lo que me pasa con este hombre, nunca me había sucedido algo semejante.
- No hay problema, es lógico no dormiste nada en toda la noche y a eso súmale que cuidaste de Nico, eso agota a cualquiera- dicho eso comenzó a reírse.
- Si pero no tendría que haberme quedado dormida no correspondía- suspiré- listo ya está curada.
- Oh gracias- atrapó mi mano antes de que lo soltase y le dio un leve apretón- y no te preocupes por haber dormido un poco, yo estoy que me caigo del sueño pero tengo que seguir por unas horas más- volvió a reírse lo que provoco que yo también riera- quieres acompañarme con un café?
- Creó que sería mejor que me vaya.
- Anda tómate un café conmigo, prometo no entretenerte mucho-me guiño un ojo.
- De… de acuerdo- desde cuando tartamudeo? Y como es que me convenció tan fácil?
- Quédate ahí porque todavía hay vidrios en el suelo y estás descalza no sea que ahora seas tú la herida, yo preparo el café.
- Está bien- me senté en un taburete de la barra mientras que él encendió la cafetera y se puso a barrer los cristales del suelo. Lo admito no se veía nada mal barriendo, resultaba gracioso ver a un hombre tan grande con una pequeña escoba y una pala.
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No lo creí posible...
RomanceVictoria Weiss es una joven abogada de 26 años. Ella confiada de que después de estar toda su vida sin que ningún hombre le interesara, pudiera aparecer alguien que pusiera su mundo de cabeza.... Manuel Vallejo tratará de ayudar a su hermana y a s...