Flashback
Estaba caminando tranquilamente por los pasillos del instituto cogiéndole el brazo a mi novio, el chico más popular del instituto, y junto a mis amigas, absorta en mis pensamientos, cuando de repente vi a una chica bajita, de pelo castaño, una nariz más grande que la de Brabra Streisand, que vestía con una camiseta con un reno estampado e iba abrazada a sus libros. “Rachel Berry se ha vuelto una perdedora de cuidado…”, pensé. Rachel siempre había sido mi mejor amiga cuando éramos pequeñas. Sin embargo, las cosas habían dado un giro completamente. Nuestras actitudes no congeniaban, no nos llevábamos bien, hasta que un día se hartó de mí y me dejó sola. Me sentí mal, y como plan de venganza decidí hacer todo lo posible para hacerle la vida imposible a aquella cretina. Me hice animadora, me rodeé de gente “guay” y convencí a todos de que le lanzaran granizados a mini Barbra Streisand.
Rachel se iba a topar con mi camino, pero yo de seguro que no me iba a apartar del medio. La chica parecía dispuesta a atropellarme, pero por mi orgullo prefería chocar con ella antes de dejarla pasar.
Estábamos a muy poca distancia, y cuando parecía que fuera a atropellarme se paró en seco para mirarme. Le dediqué una mirada de odio.
-Te puedes apartar del camino antes de que te atropelle, enana? –dije y todas mis amigas se pusieron a reír ante mi comentario.
Rachel me miró con orgullo, aunque por dentro se veía como en el fondo le dolía que su ex mejor amiga la tratara de esa forma. Me sentí un poco mal, pero en seguida recuperé la postura.
-Me has oído? O es que te has quedado embobada mirándome? –dije para que reaccionara-. Eso es lo que te gusta? Mirarme? A caso eres bollera?
Todos empezaron a reír como locos gritándole cosas muy feas a Rachel. Tragué saliva e hice todos los esfuerzos posibles para reírme también ante mi cruel comentario. Rachel, a punto de romper en llanto, se giró y se marchó por donde había venido corriendo.
-Seguro que es una asquerosa bollera! –Gritó una de mis amigas-. Vamos a otra parte, que aquí huele a perdedor.
Fin Flashback
Habían pasado dos años, y las cosas habían cambiado completamente.
Me encontraba sentada en el sillón de mi ahora mejor amiga, Rachel Berry. Reconozco que durante el primer curso fui una perra, y aún lo era, pero no esa forma de perra. Un día me di cuenta de que Rachel no merecía que le hiciera lo que estaba haciendo, que no debía seguir engañando a mi novio por qué no era a él a quien quería, y tampoco debía salir con aquella panda de chicas repelentes que se creían guays riéndose de los demás. Me empecé a dar cuenta de que si seguía así, acabaría sola. Un día me senté con Rachel en el comedor, me disculpé, empezamos a hablar… Teníamos muchísimas cosas en común, y recordamos los viejos tiempos, cuando las dos nos queríamos mucho y éramos inseparables. Nos volvimos a reconciliar. Eso no cambió el hecho de que yo fuese una perra. Toda la escuela me temía, y ahora nadie se atrevía a meterse con Rachel, y si lo hacían, les demostraba como se hacían las cosas en mi barrio.
-Tierra llamando a Santanaaa –gritó Rachel desde donde se encontraba un armario lleno de películas.
-Eh qué?
-Decía que cual peli querías ver.
-No sé… Elije tú.
Mientras Rachel intentaba buscar qué peli podríamos ver, yo me la miraba desde el sofá. Era realmente preciosa. Y aunque su narizota no le favoreciera mucho, era una de las cosas que más me gustaban de ella. A demás tenía una voz preciosa, y unos ojos oscuros llenos de sentimiento.
-Qué te parece Titanic?
-Titanic? –dije un tanto confusa.
-Si te parece bien… -dijo desanimada.
-No, no es eso. Está bien Titanic, además, nunca la he visto.
Sabía que Titanic era una película romántica porqué Quinn, mi antigua amiga, siempre me decía que la primera vez que mirara Titanic tendría que ser con la persona que amara para después hacer el amor con esa persona, siempre decía que fue así como desvirgó a Finn Hudson, su novio de aquel entonces.
Rachel se sentó a mi lado y la película empezó. Ella parecía estar muy concentrada en la película, pero yo no podía apartar todos mis sentidos de la morena bajita.
Cuando la película se acabó, la miré y estaba llorando. Yo en cambio, estaba un poco confusa.
-Esa chica es realmente estúpida. Arriesgó su vida para salvar a aquel chico, que por mí que era gay, para que luego muriera de todas formas. Yo de ella cogía el primer bote para salvarme y que se jodiera el chico.
-Uno; no es gay, y dos; tú no tienes sentimientos ni eres nada romántica, nunca lo podrías entender. –dijo un poco ofendida.
-Sí que soy romántica! Y yo creo que era gay, tengo un radar gay aluci-no pude terminar la frase porqué Rachel empezó a reír como una loca.
-Santana López, romántica? Si lo único que te he visto hacer es morrearte con Noah Puckerman, o con Sam Evans, o con los dos a la vez.
-Dentro de mí, muuuy a dentro, se encuentra la Santana López romántica. Aún no ha salido por qué no hay nadie en mi vida que quiera de verdad –mentí.
Me sentí un poco confundida y triste a la vez. El problema era que sí que quería a alguien, pero ese alguien no me querría nunca como algo más. A lo mejor era verdad, y nunca encontraría a nadie que me correspondiera. Desde que empezó el curso no había parado de pensar en eso.
-Santana, te ocurre algo? –dijo al verme con la expresión triste.
-No, no… Te puedo confesar algo? –dije con la voz temblosa.
-Sí, dime… -dijo Rachel cogiéndome de las manos para darme confianza.
-Sí que hay alguien que me gusta. Me gusta mucho. Y cada vez mis sentimientos son más intensos y aunque lo intente parar no puedo… -una lagrima recorrió mi rostro-. Lo siento, nunca hablo de mis sentimientos en voz alta…
-Pero Santana, eso es genial!
-No, no lo es. Seria genial si esa persona me quisiera. Pero no es así, y nunca será.
-Por qué? Acaso el chico es gay? –dijo inocentemente riendo.
“No es que el chico sea gay. Es que es una chica, a la que le gustan los chicos. Y esa chica eres tú”, pensé, pero en seguida me di cuenta de que era una locura asimilar que yo fuera lesbiana, y aún más decirlo en voz alta.
-Sí, así es… -volví a mentir.

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La fuerza del amor (Brittana)
Hayran KurguSantana Lopez era una de las chicas mas guapas y sexis de todo el instituto y, aunque hubiera sido la perra mas grande del Mckinley, ahora estaba dispuerta a cambiar por aquella castaña bajita que la tenia locamente enamorada; Rachel Berry, una empo...