Shadamy [One-Shots]²

Una mujer apagada

Podían llamarla de distintas maneras, aburrida, depresiva, incluso suicida. Pero utilizar las palabras viuda y sin vida podían ser las correctas.

Aún con psicólogos a su lado, las terapias solo parecían un chiste; las cenas navideñas y los días festivos no eran más que tormentosos y aburridos.

Las miradas de lástima terminaban sobre ella, no hacía falta mirar a la gente para saberlo, y para evitarlas prefirió alejarse de sus amigos por un largo tiempo.

El 23 de febrero hace dos años atrás, Amy había perdido a los dos amores de su vida, su esposo Shadow con cuarenta años de edad y su único hijo Silver de cuatro años.

Tal vez la vida fue dura con ella, lo que alguna vez amo y cuidó se había marchado del día a la mañana.

Como fundadora del orfanato en Boston,  su rostro pálido aparece en varias revistas importantes de la ciudad.

Aún con el éxito, no importaba cuantas veces gastaba el dinero, nunca era divertido.

Y aunque los blogs o artículos la colocaban como una de las mujeres más deprimentes, las reacciones de las personas hacia ella eran lo que menos importaba.

Hay razones por las cuales no tira la ropa de su familia o la regala, hay razones para preparar un pastel de zanahoria todos los sábados, y hay razones por las que riega sin falta sus flores en la mañana todos los domingos, exactamente a las siete en punto.

La gente no comprende la razón por la cuál lo hace, tal vez sea un problema mental debido a la depresión, nunca sabrán con exactitud.

Por que al doblar la ropa o abrir los armarios llenos, el olor natural de su hijo y esposo salen disparados a su corazón.

La melancolía regresa, por eso prefiere dejarlos ahí, guardados como en un cofre para nunca perderlos, por que temía olvidar el olor.

Al preparar el pastel de zanahoria, la casa se llenaba con el delicioso olor al sacarlo del horno, las risas contentas de Silver eran como el postre sin siquiera probarlo; y al hacerlo, creía que podía escuchar esas risas nuevamente, aunque no fuera así.

Y las flores, los tres formaron aquel bonito jardín un día de verano, cuando las discusiones en el hogar estaban incrementando y Silver con dos años no soportaba más discusiones.

Como un método para calmarse, plantar y dedicarse cinco o diez minutos a la jardinería era el paraíso, pero no tanto como tenerlos a ambos de vuelta.

Y eso, es algo que nadie puede entender.

Por que puedes llamarla como quieras, pero al final, ella sola sabe como mantenerse en pie; conservando los recuerdos, ya es un milagro después del accidente.

Boston, lugar donde el hospital fue destruído por dos bombas terroristas.

Si tal vez, ella no hubiera ido a trabajar hasta tarde la noche anterior, pudo percatarse del terrible malestar de su pequeño y ella sola ir al hospital por los medicamentos.

Pero la vida le tenía otros planes, aún si eso significaba arrebatarle lo más importante.