Los Demonios.

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Lucí.
Hoy vuelo hacia México, algunos de mis hombres vuelan conmigo, Jared esta ahí hace 2 días, Deiman llegará algunos días después que yo, ya que tiene que resolver unos problemas en Rusia. Termine de empacar la maleta y baje a la cocina comí y me despedí de Deiman, subí al carro y nos fuimos al aeropuerto, nos subimos a mi jet privado. Dentro iba limpiando el arma con la que mataría a Ramiro. Cuando llegamos a Culiacán nos encontramos con Jared.

Yo: ¿todo listo?
Jared: Si, mañana en la noche empezaremos.
Yo: perfecto.

Llegamos a un restaurante a comer, pedimos sushi, estuvimos platicando casual como los demás, cuando estábamos por irnos entraron unos guaruras. Ramiro había llegado.

Guarura: Todos, el jefe llego, su comida será pagada, pero nadie puede salir de aquí.

Pasó por todas las mesas y luego entro Ramiro, fácilmente podía matarlo aquí pero había muchas personas. Todos seguimos comiendo, Ramiro paso a un privado, pedimos postre y no nos pudimos ir hasta que Ramiro se fuera, hora y media después se fue, uno de sus guaruras aviso que la comida ya estaba pagada. Nos fuimos a una de las propiedades que teníamos en nuestro poder, al llegar nos acomodamos ya que era bastante noche. Le mande un mensaje a Deiman.

Hola cariño, ya llegamos a Culiacán, mañana empezaremos.

Deje el celular cargando y me dormí. Cuando desperté me metí a bañar, me puse una blusa de botones blanca, la cual amarre en mi cintura, unos pantalones de cuero negros y unos botines. Me maquille y fui a desayunar con Jared.

Jared: Jefa, nuestros contactos nos avisaron que Ramiro corrió a su casa de campo está a unas 4 horas.
Yo: Bien, diles a mis hombres que se preparen, atacaremos al anochecer.

Terminamos de desayunar y nos fuimos al lugar donde entrenan, al llegar me quede en la oficina, me puse a ver el celular. Faltaban un par de horas para que anocheciera así que necesitaba perder tiempo. Me dio hambre así que fui a por comida. Cuando termine regrese y todos estaban listos, nos montamos en los carros y nos fuimos a la casa de campo de Ramiro. Cuando llegamos me puse mi pasamontañas los guantes y agarre mi arma la cual guarde en mis pantalones, me colgué un rifle de asalto semiautomático y lo cárgue.
Ya todos sabían lo que tenían que hacer, se pusieron en posición y en cuanto vi una oportunidad di la señal.
Los disparos se escuchaban por doquier, Jared y yo íbamos por la parte de atrás, los teníamos rodeados no podían salir, cuando se me acabaron los balas agarre el cuchillo de Jared y empezó a pelear. Por fin pude entrar a la mansión, había cuerpos por doquier, ninguno era de mis hombres o de la mano derecha de Ramiro ni el mismo Ramiro.
Encontramos a Ramiro en un cuarto de seguridad, mate a los gorilas que estaban con él y noquee al mismo Ramiro, la jale hasta dejarlo caer por las escaleras. Lo amarramos a una silla y también a la mano derecha de Ramiro, todos los demás estaban muertos.
Mande a que trajeran un balde con agua, cuando lo tuve en mis manos se lo eche a Ramiro. Me senté en la barra, me serví un trago y espere a que se despertara.

Jared: Ramiro, Ramiro. Como estas Ramiro.
Ramiro: Quien eres?
Jared: Soy Jared la mano derecha de Díabla.
Ramiro: Esa perra me tiene miedo, por eso te mando a ti, cabron.
Jared: Ten más respeto por la patrona. -le da un golpe en la mandíbula que voltea la cara a donde estoy sentada.
Yo: Hola Ramiro, soy díabla. -dije fingiendo mi voz.
Jared: Ahora sí ramirito, se te acabó tu reinado. -dijo riendo.
X: ¿Que harán?
Yo: ¿Cómo te llamas tu, chalan?
X: Palomino.
Yo: Mira Palomino, ahora yo soy tu jefa, olvídate de que alguna vez trabajaste pasa Ramiro.
Ramiro: Quiero ver eso, ese chico me tiene una... -no lo deje terminar y le dispare en la mera frente, entre los ojos.
Yo: Palomino, te tengo un trato.
Palomino: ¿De qué o qué? -el pobre chico temblaba de miedo.
Yo: Tranquilo... Mira. -me saque el pasamontañas y lo voltee a ver. -Soy como tu no, no te haré nada.
Palomino: Eres... Muy linda.
Yo: Gracias, me llamo Lucí, soy la jefa de México. Tengo 19
Palomino: No sabía que había más jefes aparte del amo.
Yo: ¿amo...? ¿Quién es amo?
Palomino: Ramiro, el señor Ramiro es mi amo. El me rescato cuando era un morrito, le serví durante muchos años hasta que me convertí en su hombre más leal.
Yo: Mira chico, ahora que Ramiro esta muerto tú serás el jefe, tú darás las órdenes que te dé yo o Jared. Yo no vivo aquí, por lo tanto él te dará más órdenes y lo verás más seguido.
Palomino: ¿Porque usted no vive aquí?
Yo: Porque estudio la carrera, con mi novio.
Palomino: Oh, está bien... ¿Sabe? Nunca me gusto la forma en que dirigió el cartel el amo. No le podía decir nada ya que me castigaba, pero no estaba de acuerdo con su liderazgo.
Yo: Entonces, te gustará escuchar que podrás dirigir el cartel como tú quieras bajo las reglas que te imponga Jared.
Palomino: ¿En serio?
X: Claro que si, chico.

Todos volteamos a ver a la persona que había hablado, nos encontramos con mi esposo. Este sonrío al ver a todos muertos, se acercó a nosotros y miro al chico.

Palomino: ¿Quién es usted?
Deiman: Soy Deiman, el jefe de Díabla, soy el dueño de todo lo que se mueve aquí en México.
Yo: Deiman, el es Palomino, el ahora jefe del cártel de Sinaloa.

Jared lo desamarro y le dijo todo lo que tenía que hacer, las reglas y todo. Deiman y yo nos salimos, tenía que hablar más con el chico. Espere a que el chico saliera, los hombres que había traído Deiman estaban sacando los cuerpos.

Deiman: Nena, estas llena de sangre. Ten ponte esto.

Me mire la blusa por el vidrio del carro y estaba roja de sangre, sangre que no era mía, me pasó un suéter de él me lo puse y lo abrace.

Yo: te dije que lo podía hacer sin tantos hombres.
Deiman: Si cariño, si pudiste. En cambio yo estaba a punto de morir con tus hermanos en casa. No pueden dejar de estar molestando. Querían saber que estabas haciendo cada 5 minutos.
Yo: Y pensar que nos conocimos hace unos días.
Deiman: Se ve que te quieren.

Escuchamos pasos, Jared y Palomino estaban saliendo de la casa.

Yo: Palomino, ¿podemos hablar antes de que te vayas? Quiero tener unas cosas en claro.
Palomino: Claro díabla.