Alcanzar a una estrella

BARCELONA

Tito

Mientras espero mi maleta en el Aeropuerto del Prat reviso mis mails para saber si tengo alguna novedad o si la banda necesita algo de mi.

Dejarles no ha sido fácil he sentido que les dejo mucha responsabilidad y aunque la mayoría de veces parece que paso de todo, les tengo un aprecio infinito.

Le he contado a Marta y a Alfred lo que pasa con mi madre. Hace un par de semanas le han detectado un cáncer de mama y en 3 días tiene la cirugía, al parecer el cáncer esta localizado y con la cirugía y 6 sesiones de "quimio" terapia creerían que bastaría, para mi la noticia a sido devastadora y aunque mi madre siempre le quita el hierro a las cosas es mi padre él que me preocupa por que él no tiene la misma fortaleza que ella.

Se que desde que el médico les dio los resultados no come ni duerme bien, ha entrado en un estado de pánico bastante comprensible, llevan 40 años juntos y la idea de que algo le llegara a pasar lo tiene totalmente destrozado.

Alfred entendió a la perfección que mi lugar era estar al lado de mis padres por las próximas 2 semanas y considerando que era imposible conseguir un bajista en tan corto plazo propuso que entre el y Alex hicieran los bajos turnándose con la guitarra, suponiendo que tuvieran que aprenderse los acordes en uno o dos días como mucho.

Sabia que Alfred era un virtuoso musical pero aún así me preocupaba que fuese una carga más a toda la responsabilidad que tenia ya encima, sin embargo él no dudo ni un segundo en darme el permiso para venir y mover un adelanto de dinero para que no tuviese ningún aprieto.

Salgo con mi maleta y cojo un taxi rumbo al hospital y no tengo dudas de que serán dos semanas intensas.

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Me despierto en mi cama de la infancia sudoroso y con las sabanas pegajosas en mi espalda, la humedad en Barcelona es agobiante cuando se acerca el verano. He decidido quedarme en casa de mis padres para no dejar a papá solo mientras mamá esta en el hospital.

Esta noche el ha decidido quedarse a dormir allí y yo he venido a meterme en esta cama en donde apenas entro llevado por la nostalgia y la esperanza de que una vez fuera el tumor todo ira a mejor.

Llamo a mi madre y su voz llena de esperanza me indica que hoy será un buen día aunque mi estomago no este muy conforme. Miro el reloj y son las 12 y es domingo. Será mejor que me duche salga a por un café y me pase por mi piso haber en que estado se encuentra.

Decido que como hace buen tiempo y no me corre prisa iré en tren a Barcelona centro, normalmente no tardo nada en coche, pero supongo que los atascos en el centro de Barcelona un día como hoy son algo que no me apetecen nada.

Salgo de la estación me compro un café más para llevar y camino contento hacia mi piso. Me imagino la cantidad de cartas sin abrir, de lo oscuro que debe estar y de la capa de polvo que debe cubrir la madera de los muebles.

Respiro tranquilo agradecido con la vida por que la cirugía de mamá ha salido bien y por que sé que este obstáculo nos dará mas vida a todos. Mientras enciendo mi cigarrillo veo al otro lado de la acera una silueta que me resulta familiar.

El color dorado de su pelo y esas ondas dispares que le dan tanto volumen, no estoy seguro de que sea ella pero todo lo indica.

Cruzo la calle corriendo rehuyendo a los coches que pitan a mi a paso, necesito que pare que se detenga.

- Amaiaaaaaa Amaiaaa

Le grito a la primera no se gira, pero con mi segundo grito se gira y lo que veo no me lo puedo creer. Amaia me mira con cara de extrañeza no se si me reconoce, pero yo, ya estoy seguro de que es ella y de que esta embarazadísima. No es que este de un par de meses es que esta a punto de parir para mi sorpresa.