¡Sólo corre y dile que la amas!
No la dejes marcharse, que ella te está esperando.
Por favor no le mientas nunca, trátala con amor y respeto. Dile que se ve bien, hazla sentir hermosa. No dejes que nadie le haga daño nunca, y que tus palabras para ella sean cual rosas blancas; ella se lo merece.
En tus manos está su corazón. Es de vidrio, pero tú lo bañarás en oro. Así que ve y ámala, protégela, conviértela en guerrera, pero que no olvide que es una princesa.
Créeme. Se lo merece.
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Astronomía en mi habitación
RandomColección de escritos independientes con los temas de la vida conforme pasa el tiempo.