Mía es la lluvia cuando ha repiqueteado en tu ventana.
Cuando le has sonreído antes de salir a jugar, mía es la lluvia.
Mía es la lluvia y yo le pertenezco. Pues si no le perteneciere, ¿de dónde más sería sino del cielo?
Mis manos y mi alma estarían vacías si mía no fuera la lluvia.
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Astronomía en mi habitación
RandomColección de escritos independientes con los temas de la vida conforme pasa el tiempo.