Mañana, cuando muera, probablemente nadie crea que existí. Jamás se sabrá que la sombra marchita al fondo de la habitación tenía nombre. Y cuando se les diga: "Ella lo sabía todo porque todo lo veía", se reirán con ironía.
Extraño al cuervo negro que aguardaba por mí en el balcón, ese monstruo nocturna más grande que todos mis temores. Anhelo sus alas negras que me abrazaban con la promesa de llevarme a un lugar mejor, cuando la bestia era yo.
No sé qué fue de mí.
Tal vez por eso ya no viene a verme.
Ruego por que vuelva, para perderme entre sus plumas y decirle: "Vámonos".
Quisiera ser valiente.
Quisiera existir.
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Astronomía en mi habitación
DiversosColección de escritos independientes con los temas de la vida conforme pasa el tiempo.