ᴡᴇ ᴍusᴛ ᴄʟᴇᴀɴ! ❃TaeKook❃ Omegaverse

❃; Uno

Un pequeño miraba por la ventana del auto su nuevo vecindario, era muy lindo y pintoresco, habían jardines llenos de flores muy bien cuidadas, respiró hondo sintiendo todos los olores viajar a través de sus fosas nasales.

—¿Cuál es la nuestra?—preguntó emocionado.

Ninguno le respondió, se mantuvieron callados y segundos después ya estaban estacionando el auto frente a una casa blanca, JungKook soltó un grito de emoción y a penas se detuvo por completo el auto, bajó corriendo parándose frente a la puerta.

Su madre rió y sujetó la mano de su esposo quien le dedicó una sonrisa de satisfacción, llevaban mucho tiempo tratando de conseguir esa casa y aún más en un vecindario tan conocido como ese, al fin lo habían logrado.

JungKook notó que no iban a abrirle la puerta, primero debían bajar unas cuantas cajas así que suspiró cansado pero se acercó para ayudar con algo.

Al lado un niño de 14 años miraba todo desde su jardín, estaba sentado jugando con un cachorrito que a penas le habían dado como un regalo hace un tiempo, sus ojos se posaron de inmediato en el nuevo chico que sería su vecino, el perrito comenzó a ladrar una y otra vez al no recibir atención ni cariño.

Cuando JungKook escuchó el ladrido se volteó en busca del animalito, ¡adoraba los cachorros!

El rubio algo avergonzado y sintiendo sus mejillas calientes desvío su mirada para volver a jugar con su Yeontan, quien ya satisfecho se dejó acariciar.

Se sobresaltó cuando una voz lo llamó.

—¡Hola, soy JungKook!— dejó la caja a un lado para hablar con mayor comodidad.—¡que lindo perrito!

TaeHyung tragó saliva y le sonrió—Hola, soy TaeHyung y este es Yeontan.

—¡Me gusta su nombre!—exclamó con entusiasmo.

—JungKook, ya vamos a entrar—lo llamaron haciendo que se volteara y asintiera con la cabeza.

—Debo irme.

—Adelante—respondió tranquilo—hablamos luego.

Vió como el chico desaparecía y suspiró, olía muy bien aunque aparentemente aún no se presentaba, miró a Yeontan y lo levantó para acercarlo a su rostro—El niño bonito huele a vainilla, rico—juntó su nariz con la otra y luego lo bajó.

—Tae—su mamá salió de la casa y se acercó a él—¿viste a los nuevos vecinos?

Asintió tranquilo—a su hijo.

—Debemos presentarnos con ellos, cámbiate—sonrió y despeinó sus cabellos haciéndolo reír.

—Mamá.

La mujer lo miró con atención esperando que hablara.

¿Sería buena idea comentarle del olor que percibió?

—Huele rico, dan ganas de comerlo—soltó sintiendo sus mejillas calientes.

Su mamá se río con fuerza para mirarlo con ternura.

—¿Su hijo es un omega, cariño?

Alzó los hombros—no, pero lo será, de eso estoy seguro.

Ella alzó una ceja divertida, ¿su hijo se habrá controlado para no lanzarse sobre el pequeño de al lado y marcarlo con su olor?

—¿Cómo se llama?

—JungKook—respondió rápidamente.

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