Capítulo 3: Yo no soy Poché

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Parte de Yuya:

Un sonido lejano me despertó de mis sueños, la habitación estaba completamente oscura.
Esta mañana era muy rara, cómo es que llegué a la cama si estaba durmiendo en el sillón, además sentía un peso enorme en las piernas como si algo estuviese sobre ellas que me impedía moverlas.

Abrí por completo los ojos y estire la mano para apagar la alarma. Otro día de rutina. Al tomar el celular y mirar la hora me sobresalté asustada cuando me di cuenta que se me había hecho demasiado tarde, había perdido el autobús. Voltee a mi lado y lo que mis ojos observaron me dejó anonadada, tomé suficiente aire y grité con todas mis fuerzas.

Calle me acompañó en el grito y me dio un fuerte abrazo, sí Daniela Calle estaba acostada a mi lado. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿cómo era posible?

- ¿Tuviste una pesadilla amor? Dijo Calle sin soltarse de mí.

- ¿Qué está pasando?, ¿qué hago aquí? Dije agitada.

- ¿Cómo que qué haces aquí tontita?, la pelea de anoche te bloqueó el cerebro.

- ¿Pelea?.

- Gorda, yo entiendo que quieras olvidar lo de la pelea, pero no es necesario que borres cassette por completo. Anda poché, levantese que hoy le toca preparar el desayuno no se haga tonta.

- ¿Poché?. Dije extrañada.

- ¡Ah, mire nada más! floja, aunque se le haya olvidado su apodo no se le tiene que olvidar todo lo que tenemos que hacer hoy. Anda que se me antojan unos waffles de proteína de esos que nos encantan tanto. Se levantó y me dio un corto beso en los labios y se dirigió al baño.

Estaba paralizada, boquiabierta, qué sueño tan más loco. Acaso, me estaba volviendo loca. Moví un poco las piernas ya que las tenía totalmente dormidas, y al hacerlo descubrí que era lo que impedía mi circulación, era el bello pug de Calle y Poché, ramoncito le acaricie la cabeza y me levanté por completo de la cama. Definitivamente este no era mi cuarto.

Me acerqué a aquel gran espejo que había en la habitación y nuevamente solté un grito.
¿Soy Poché?, tenía el cuerpo de Poché, su voz, su acento, su cabello azul alocado, sus tatuajes, sus venas saltadas, sus ojos color avellana, todo. ¿Cómo demonios pasó esto?

Al escuchar ese grito Calle salió del baño asustada y me volvió a refugiar en sus brazos.

- Poché, ¿qué está pasando?, has estado muy gritona esta mañana. ¿estás bien amor?, ¿te duele algo?. Preguntó asustada.

- Señorita Calle, no entiende, míreme, vea quien soy.

- ¿Señorita?. Dijo con una sonrisa pícara. -Usted quiere encenderme tan temprano. Replicó acercándose lentamente a mi para besarme.

La evite rápidamente y reproché - No entiende, yo no soy Poché.

- ¡Ah!, así que hoy voy a conocer a María José Garzón, dijo nuevamente con la sonrisa encendida.

Me separé de su lado y corrí hacía el baño. Esto no era un sueño, realmente se trataba de mí, yo estaba en el cuerpo de esa peliazul pero, ¿cómo fue?.

Yo no soy Poché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora