9. | ALTIBAJOS

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Nada más pisar las mazmorras me dirijo a las cocinas para comer algo, noto un gran empujón y es tan fuerte que cierro mis ojos.

- ¿Que...? - abro los ojos asustada.

- Cállate mocosa. - Pansy agarra mi túnica con fuerza así para mirarme fijamente.

Tiene el ceño fruncido, su mirada muestra enfado y mucha rabia. Me tiene contra la pared fría, y mi vista se dirige a los pasillos, el toque de queda hace rato que ha sonado y no hay nadie, excepto su séquito de arpías detrás de ella.

- No te saldrás con la tuya, López. Te vuelves acercar otra vez a Draco y la próxima vez no lo podrás contar, me se las tres maldiciones prohibidas y puedo lanzarte la que yo quiera cuando quiera, Malfoy es mío y de nadie mas. ¿Me oyes tejón asqueroso? - Pansy agarra mas mi túnica.

Asiento sin decir nada, se le está yendo de las manos.

- Ahora no eres tan valiente como todo el mundo dice, eh. Solo eres una pringada que busca llamar la atención, que es lo único que has echo durante todo este curso, la gente solo hablar de lo valiente que eres pero a partir de hoy no lo volverás a ser. - Pansy saca su varita para apuntar a mi cuello.

- Estás loca... - susurro.

- Chicas, ya sabéis que hacer. - sonríe la pelinegra con una sonrisa maléfica.

Mis ojos se están aguando, pero no voy a darle el lujo de verme llorar.

- ¡Señorita López! - la señora Pomfrey se acerca a mi nada mas entrar por la puerta del ala del hospital.

Adolorida y con ayuda de la enfermera me siento en una de las camillas, algunos alumnos me miran sorprendidos.

- ¿Que ha pasado? - me mira horrorizada.

Llorando en silencio me limpio las lágrimas.

- Iba corriendo por los pasillos ya que iba tarde hacia mi sala común, me tropecé por las escaleras y bajé rodando. - trago saliva.

Mentira.

- Dios mío esa herida en el labio no me gusta nada, voy a curarla. - asiento sin decir nada para ver como la enfermera se va corriendo a buscar las cosas.

Levanto mi vista para verme en un grande espejo, mi cara tiene varios rasguños además de mi gran herida en el labio, si muevo la boca me duele bastante. Los moratones en mis brazos y piernas son notables, tiene pinta de que quedarán allí un buen tiempo.

- Te pondré esto. - asiento para mirar como me cura.

- ¿P-Puedo quedarme hoy a dormir aquí? - la miro nerviosa.

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