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JIMIN

Imbécil. Esa era la palabra perfecta para describirme en estos momentos. No puedo creer que haya cedido a las provocaciones de Yoongi y sobretodo, que le haya abofeteado por besarme. ¡Era una locura!

La noche anterior me había reprendido a mí mismo por dejar que las palabras de Yoongi me afectaran. Llevaba una relación con él lo bastante profesional como para atreverme a alterarla, recalcando que la mejor solución ante todo era poner un alto, antes que nada.

Sabía a la perfección como terminaban estas cosas y no planeaba poner en juego todo lo que había logrado, solo por una calentura del bastardo de mi jefe. Era algo que no planeaba hacer y haría lo que fuera para cumplirlo.

Entre a mi departamento, dejando las llaves en la mesa al lado de la puerta. Por extraño que parezca, siempre aguardaba un momento al lado de esa mesa antes de entrar. No era por nada especial, solo me gustaba recostarme detrás de la puerta a sabiendas que dejaba un día más atrás.

Deje mis cosas en el sofá y camine a mi cuarto con la intención de tomar un baño para relajarme. Necesitaba calmar mis pensamientos, preferiblemente en lo profundo de mi tina.

Salí del baño luego de media hora mucho más relajada y más tranquilo. Tomé un pantalón de chándal y mi camiseta de Batman favorita. Era ridículo, lo sé. Pero esa camisa me hacía sentir muy bien y me ayudaba a dormir completamente. Además, era un gran fan.

Preparé unos sándwiches y algo de té para cenar. Normalmente no comía en horas de la noche, pero desde que mi madre se percató de que había perdido algo de peso, me hizo prometerle que comería al menos algo ligero antes de dormir.

Extrañaba a mamá. Desde que me mude por mí mimos, eran pocas veces en las que podía verla. Extrañaba nuestras charlas en las noches y como le gustaba acostarse conmigo cuando tenía un mal día. De seguro, ella sabría que decirme sobre lo de Yoongi, pero descarté la idea de contarle sobre él más de lo necesario, sin embargo.

No es que tuviera una buena percepción de mi jefe en el ámbito personal, gracias a mis quejas constantes sobre su estilo de vida en nuestras llamadas. Así que era mejor no decirle nada al respecto.

Me senté en frente de mi laptop para revisar la agenda de mañana. Tendríamos una reunión con los socios de la compañía del señor Byun y debía asegurarme de que todo saliera a la perfección.

Era un poco quisquilloso, tenía que admitirlo. Pero todo esto me había ayudado a forjar mi propio camino. Papá solía decirlo Si vas a hacer algo, hazlo bien hecho y así lo hacía. Tratando de hacerlo sentir orgulloso y extrañándolo en cada momento.

Éramos solo nosotros tres. Mamá había tenido complicaciones a la hora de tenerme y luego de eso no había podido tener más hijos, dejándome como el único. Ella estaba feliz con eso, al igual que mi padre. Sabía cómo funcionaban las cosas, así que estaba sumamente agradecida.

Sin embargo, luego de algunos años más mi padre falleció, dejándonos solos. Fueron años difíciles, pero logramos superarlo. Mamá se había hecho cargo de mí y yo me había propuesto seguir adelante y alcanzar mis propios sueños.

Dejando eso atrás, empecé a revisar la agenda de Yoongi, recordando que dentro de dos semanas él tendría que viajar para la conferencia anual en New York. Era uno de los eventos más importantes en el sector financiero. Servía como medio para conectar con nuevos socios e interactuar con empresas para buscar nuevos adeptos laborales.

Lo sabía a ciencia cierta, porque había acompañado a Yoongi el año pasado. Fue mi primera vez fuera del país y estaba encantado con todo el evento. Sin contar con la cantidad de experiencia e información que me proporcionó para mi proyecto. Pensando en eso, no me di cuenta que, de nuevo, tendría que viajar con Yoongi. ¡Oh por Dios! ¿realmente iba a viajar con Yoongi? ¡¿Ahora?! ¿después de lo sucedido?

TODO SOBRE NOSOTROS // YOONMIN - ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora