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YOONGI

Decir que estaba enfadado era un eufemismo. ¿Y cómo no estarlo? Desde que salí del apartamento de Jimin no he podido dejar de pensar en él. En la forma en cómo se comportó aquella noche, pero sobretodo, el que haya preferido irse sin ninguna explicación.

Poco después de aquel día, llego a mi oficina su carta de renuncia. Había sido adjunta con la finalización del proyecto Byun. Al igual que una carta en la que especificaba que había solicitado dimitir a la facultad de su master. Las razones que ahí expuso se encontraban tan alejadas de la realidad. No es que pudiera decirlas después de todo.

Sin embargo, su renuncia fue como recibir mil dagas en mi pecho y aún no lograba entender el porqué. Después de todo fui yo quien acepté que se marchara. Era un maldito desastre y nada parecía salir bien.

Con el paso de los días me di cuenta que Jimin era fundamental en mi vida. Estaba cometiendo errores que no solía cometer y descuidos que estaba fuera de mis límites. Casi pierdo un contrato importante por retrasarme en reuniones y no podía concentrar toda mi atención para finalizar el proyecto Byun, ya que me negaba a usar los documentos de Park. ¡Dios, era un egoísta bastardo!

Al parecer, el estar de esta manera perturbaba un poco el entorno laboral. Sunni no sabía qué hacer y varios empleados más al verme pasar trataban de alejarse lo más que podían. No obstante, no me importaba lo más mínimo. En lo único que podía pensar era en Jimin y que quizás ahora estaría con el imbécil de aquel hombre que solía defender.

Mientras pensaba en esto, decidí que lo mejor sería salir de la oficina y tratar de distraerme un poco. Tal vez tomar algunos tragos me relajen un poco y quizás conocer a alguien... No, ¿A quién engaño? No podría estar con nadie más. Lo intente y fue un desastre como todo desde que Jimin se fue. Quien diría que el gran Min Yoongi no podía dejar de pensar en un hombre.

Salí de mi oficina para irme. Los tragos tendrían que ser en mi apartamento porque seguramente ir al bar de siempre sería un desperdicio. Sin embargo, mis planes se vieron totalmente frustrados al encontrarme a Kim Namjoon salir de las puertas del ascensor. Esto sí que era una sorpresa.

_ Tú y yo tenemos que hablar, Min. Y no me iré de aquí hasta que me escuches _ dijo al estar a unos centímetros de distancia. Apuntándome con su dedo mientras me lanzaba fuego por sus ojos. Estaba enojado y no tenía la menor idea del porqué. Pero no iba a permitir que me hablara de esa forma y mucho menos en mi oficina.

Me acerque a él y disimuladamente tome la solapa de su saco para acercarlo más a mí.

_ Si vuelves a hablarme de esa manera, Kim juro que te partiré la cara. Ahora comportarte civilizadamente y entremos a mi oficina para charlar. _ lo solté de inmediato y sin darle tiempo a responder caminé hacia mi oficina esperando que siguiera mis pasos.

Una vez dentro cerré la puerta con seguro y me giré para verlo a la cara.

_ ¿Y bien? ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirme?

_ ¿Qué sucedió con Jimin? _ Al escuchar su sombre sentí como mi cuerpo se tensaba de inmediato. Había olvidado por completo que él y Park eran amigos ¿Le habría hablado de nosotros? No, sería algo estúpido. Sin embargo, no podía arriesgarme.

_ ¿De que estas hablando? _ pregunte caminando hasta mi asiento. Mostrando la mejor de las indiferencias, cuando realmente estaba muriéndome de la incertidumbre.

Namjoon me observó detenidamente, para luego soltar un suspiro y caminar hacia uno de los asientos. Al parecer esto iba a ser largo.

_ Yoongi. Sé que algo ha sucedido entre ustedes dos. Lo he sabido desde New York. No soy estúpido ¿Sabes? Pero no vengo aquí a darte sermones. Tú y yo no estamos en esa clase de relación. Pero si vine a comprender qué está sucediendo, porque prometí que velaría por él y es precisamente eso lo que intento hacer. Así que dime ¿Qué sucedió?

TODO SOBRE NOSOTROS // YOONMIN - ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora