Capítulo 1.

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1 año más tarde

Erick se encontraba bajando del avión, con una pequeña mochila en su espalda, mirando en todas las direcciones, buscando con la miraba a su tía junto a su primo.

- Erick, cariño. - se escuchó a lo lejos una voz dulce y suave, era una voz familiar para Erick, sonrío calidamente.

Una señora no muy alta, morocha y de cabello largo y liso, acompañada por un chico un poco más alto que Erick, también de piel morena, con rulos y una bella sonrisa se acercaron hacia el ojiverde.

- Tía - susurró Erick, mientras corría en dirección a la mujer, para luego abrazarla.

- Yo iré a recoger las maletas - informó Richard, para luego ir por las maletas del menor.

- Siento mucho lo de tu madre, pequeño - volvió a hablar suavemente su tía, abrazando un más fuerte al ojiverde. - ¿Sabes qué puedes confiar en mí para lo que sea, si?

Erick asintió, con una sonrisa en su rostro, antes de soltarse del abrazo.

- Aquí están tus maletas. ¿Qué traes aquí adentro? ¿Un muerto? ¿Por qué pesan tanto? - se quejó el moreno, mientras arrastraba las dos maletas que estaban en sus manos, haciendo un gesto de exageración.

-En realidad, muy pocas cosas tiene, pero si hubiera sabido que tú las ibas cargar, hubiera puesto más, mucho más. - Dijo Erick sarcasticamente, mientras sonreia con más sarcasmo aún.

- Extrañaba tú sarcasmo, primito - Murmuró el mayor, irónicamente.

- Tú me extrañabas a mí, aceptalo.

- Claro, no sabes cuánto, puff - Richard rodó los ojos e hizo una mueca de asco.

- Chicos, parecen niñitas de secundaria peleando por un chico - interrumpió la tía de Erick, alejándolos a ambos.

- Lo siento, tía. - Se disculpo el ojiverde, provocando a propósito  un puchero con sus labios, haciéndolo lucir aún más tierno de lo usual.

Erick y Richard se sentaron en la parte trasera del auto, luego de una pelea por ver quién iba a sentarse del lado del acompañante.

Durante el viaje, Richard junto a su tía se encontraban cantando y bailando, alegremente, mientras que Erick soltaba pequeñas carcajadas por la vergüenza ajena que sentía en aquel momento.

Luego de un breve viaje, el motor del auto se apagó al frente de una enorme casa, era de dos pisos, ó eso parecia desde afuera, con unas enormes ventanas de un marco color azul marino, las paredes de la casa se encontraban pintadas de un rosa pastel, junto a un pequeño pasillo formado por diferentes flores, que comenzaban en la vereda de la calle hasta llegar a la entrada principal de la casa.

Erick quedó boquiabierto al ver lo grande que era la casa, sin contar el patio con piscina en la parte trasera.

-Wow. - Murmuró Erick, aún con la boca abierta ante la sorpresa.

- Lo sé, es mi casa - respondió orgulloso el moreno.

- No, ¿enserio? Si no me lo decías, no estaba ni enterado - dijo sarcástico Erick, logrando obtener una mirada que, según Erick, era una advertencia de muerte.

- Eres un estúpido - bufó el moreno.

- Lo aprendí de tí - se defendió rápidamente el ojiverde.

Al entrar a la casa, el moreno le indicó cuál sería su nueva habitación.

- Por cierto... - habló Richard, antes de salir de la habitación. - Hoy vendrán a dormir Joel y Zabdiel, son mis mejores amigos. Ni pienses en mirar a alguno de ellos dos, primera y única advertencia. - Amenazó, haciendo un gesto con sus manos.

- ¿Por qué? Entonces, ¿no los tengo que ver? - Richard negó con la cabeza, cruzando los brazos. - Entonces dirán "OH, QUE MALEDUCADO ES EL PRIMO DE RICHARD" y te haré quedar mal a tí - dijo sarcástico Erick, sonriendo con falsedad.

- Cuando quieres puedes ser muy molesto, ¿lo sabías? - terminó diciendo Richard, y luego azotó la puerta.

- ¡ERICK, BAJA A CENAR! - Se escuchó desde la parte baja de la casa.

- ¡YA VOY!

- ¡ERICK, BAJA YA!

-¡ESTOY BAJANDO! - respondió, mientras estaba bajando por las escaleras.

- Cariño, estamos en el living.

Erick fue hasta el living de la casa, Richard y sus amigos junto a su tía, se encontraban sentados en un sofá que estaba frente al televisor.

- Hola - saludó Erick cordialmente, mientras agarraba un tozo de pizza que había en la mesita ratona - ¿Qué están viendo?

- Diario de un pasión - respondió Richard, con una expresión sería en su rostro, mientras miraba la televisión con atención.

- ¿Quién la eligió?

- Yo - murmuró la tía de Erick, llevando la porción de pizza hacia su boca.

La película siguió avanzando, Erick comenzaba a aburrirse cada vez más, ya había visto esa película unas diez, no, quince veces ya, sabía todas las escenas de aquella película, incluso sus diálogos.

- Te escribi 365 cartas, todos los días, durante un año - murmuró Erick, rodabando sus ojos y soltando un pesado suspiro, aún así, fruncio su ceño confundido, al darse cuenta que lo dijo al unísono con uno de los amigos de su primo.

Al levantar un poco su rostro, pudo notar quién era la persona que había dicho lo mismo que él.
















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Nos leemos luego.

Little Things 《Joerick & Chrisdiel.》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora