Capítulo 13.

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Erick salió hacia afuera de la casa, al ver a Joel en la vereda.

- Hola. - Saludó Erick, con una sonrisa en el rostro.

- Hola, bebé. - Joel le devolvió la sonrisa a Erick. - ¿Vamos? Pasamos primero a comprar las cosas, ¿Quieres?

- Sí, vamos.

- ¿Te quedarás a cenar? - preguntó casi en un susurro Joel.

- Si tú quieras y me dejas, sí. -Respondió con timidez el ojiverde.

- Sí, siempre que tú quieras.

[...]

- Bebé, ¿Qué quieres comer?

Erick se encogió de hombros como respuesta.

- Mmm... - el ojimiel hizo un gesto mientras pensaba - ¿Te gusta la pizza?

- ¡Si!- respondió con felicidad Erick.

- Bueno, cocinamos pizza.

- ¿Cocina qué? Disculpa tú... - Erick colocó su dedo sobre el pecho del mayor - tú cocinaras.

- No, cocinaremos, los dos.

- ¿Y si mejor la pedimos? Es más fácil.

- No, la cocinaremos. Y fin de la discusión.

- Esta bien - Erick rodó sus ojos.

Luego terminar de comprar los ingredientes para cocinar las pizzas, salieron de la tienda para dirigirse hacia la casa del mayor, de pronto, comenzó a llover muy fuerte.

- Joey, ¿Falta mucho para llegar? - preguntó mientras corría Erick, completamente mojado debido a la lluvia.

- ¿Por qué corres, Erick? Si de una u otra forma terminarás mojado. - Cuestionó Joel al ojiverde. - Estamos a dos cuadras.

Erick se detuvo de golpe al escuchar lo que le había dicho Joel, tenia razón, no le servía de nada correr, si se iba a terminar mojando igual.

- Tienes razón. - Asintió el menor, para luego detenerse y esperar a que Joel llegase a su lado, para caminar juntos.

- ¿No es lindo? - preguntó Joel, al estar junto a Erick.

- ¿Yo? Si, ya lo sabía, gracias. - Dijo egocéntricamente el ojiverde.

- Tú no, sino la lluvia.

- ¿Asi qué yo no soy lindo? -
preguntó ofendido el ojiverde, mientras formaba un puchero con sus labios.

- No, tú no eres lindo. - Joel miró a Erick a los ojos, provocando que unan sus miradas. - Tú eres hermoso, y perfecto.

Las mejillas de Erick se tornaron de un color carmesí, mientras que Joel besaba sus comisuras del labios.

- Tú también lo eres. - Susurró tímidamente el ojiverde.

- Llegamos. - Habló Joel, llegando a su casa, mientras abría la puerta, y se corría a un lado, permitiéndole a Erick el paso.

- Espera aquí que voy a buscar unas toallas. - Dijo el mayor, mientras se dirigía hacia otra habitación.

Unos segundos más tarde volvió Joel con dos toallas en su mano, y una de ellas le entregó a Erick.

- Gracias - agradeció Erick.

- De nada. Si quieres ropa te puedo prestar algo. - Ofreció Joel.

- Si, por favor.

- Ven, vamos a buscarte algo y también yo me cambiaré.  - Informó el rizado, comenzando a subir las escaleras, hasta llegar a una habitación, siendo seguido por Erick.

El mayor revolvió uno de sus cajones completos de ropa, sacó un pantalón deportivos grises, y una remera blanca, luego se lo entregó a Erick.

- Pruebate esto, si es muy grande puedo buscarte otra cosa. - Dijo Joel antes de irse a cambiar su ropa mojada por otra nueva, dejándole la pieza a Erick para que se pueda cambiar él también.

- Bebé, cualquier cosa estoy abajo - avisó.

Erick bajó ya cambiado, la ropa era uno o dos talles más grande que la que usaba normalmente, haciéndolo lucir más pequeño de que lo ya era.

Joel tenía puesto solamente un short, dejando a la vista su perfecto físico.

- No te quedo tan grande como pensé. - Dijo Joel, mirando como le quedaba la ropa que le prestó a Erick.

- Sí, me quedo bastante bien.

- ¿Cocinamos? - preguntó Joel.

- Sí, aunque yo no sé cómo hacer pizzas.

- Yo si, y no es por nada, pero hago las mejores pizzas.

- ¿Seguro? Porque aún podemos pedir las pizzas.

- No - negó rápidamente Joel, comenzando oír como la lluvia golpeaba fuertemente contra su techo. - Esta lloviendo demasiado.

- Sí, creo que será un problema para volver a casa. - Erick miró por la ventana.

- Sí no para, te puedes quedar a dormir acá. - Aconsejó Joel.

- Está bien.

Joel estaba buscando todos los ingredientes para preparar la masa, cuando de pronto, Erick rodeó con sus brazos la cintura del rizado, apoyando su cabeza sobre su hombro, ya que él era más bajo que Joel.

El mayor sonrío inconcientemente al sentir los brazos de Erick sobre su cintura.

- Amor, no quiero cocinar.

Joel se giró para mirar a Erick, el ojiverde se encontraba haciendo un puchero.

- ¿Por qué no quieres? - preguntó Joel.

- Porque no soy bueno para eso, en realidad, no soy bueno para hacer nada. - Respondió cabizbajo Erick, murmurando lo último.

Joel levantó la barbilla del menor.

- Te enseñaré y te ayudaré a que mejores, siempre. - Joel depósito un pequeño y corto beso en los labios de Erick. - Vamos a cocinar, ¿Si?

Erick aún tenia sus brazos sobre la cintura de Joel, se puso de puntitas para luego susurrarle en el oído. - Bueno, pero me dejarás dormir contigo.

- Jamás me negaría a una propuesta así.




















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Nos leemos luego.

Little Things 《Joerick & Chrisdiel.》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora