R E L I G I O S A.

Cigarrillo II

Madre e hija iban habían calmado sus aguas por unos días, Aurora con tal de no llegar a otra discusión acompañaba a su madre a la Iglesia, aunque no de misma forma que antes, había buscado en internet temas sobre los Evangélicos, Cristianos y Católicos que decidió guiarse por la última, no abandonaba su creencia como tal pero tampoco se entregaba totalmente como lo hacía su madre.

Estaba contenta al conocer por si misma su religión sin sentirlo como una obligación de la que estaba impuesta desde pequeña.

Su madre todavía no estaba enterada de su decisión.

Belén y ella iban conversando mientras llegaban a su casa. Al momento de entrar Belén divisó a un grupo de chicos cotilleando en la acera, miró con sorpresa al hijo de su amiga Sara, tenía en sus manos llevándolo a su boca para luego así expulsar el humo, un cigarrillo.

Aurora hizo una mueca por ambas situaciones, el que Manuel no le importara que lo vieran y el cómo su madre había tomado con mucha drama tal acción.

—Pasa rápido, ya — le ordenó agarrándola del brazo. — Y yo que creía que era un buen muchacho.

—Mamá, no empieces por favor.

—¿Acaso no has visto lo que ha ocurrido? Ese chico estaba fumando una sustancia tóxica. —gritó. — pobre Sara, tanto que le ha golpeado la vida y ahora su hijo mayor resulta que le ha salido drogadicto.

—Basta mamá, no hables así — defendió.

—No defiendas lo indefendible Aurora. Ahora mismo llamaré a Sara.

En el momento que hizo el intento de agarrar el teléfono, Aurora se interpuso — Mamá, piensa bien las cosas. Le crearas un problema a Manuel...

Entrecerró sus ojos — ¿De cuándo acá te importa eso? 

Tragando saliva pensó en sus siguientes palabras — No, es que... Eso no nos incumbe madre..

—No, no, no. Dime ahora mismo porque lo defiendes tanto?

—¿Importa eso en estos momentos? — se exaltó un poco— Tu quieres hacer todo a tu manera sin importar el daño que puedes causar, eso no es de un buen cristiano, solo creas problemas.

—Hago lo que creo que es correcto — puntualizó

—Así como lo que le pediste a Julián sobre mi? – recriminó enarcando una ceja.

—De que estas hablando? — suavizó su ceño fruncido.

—De que me invitó a salir por causa tuya. O más bien por obligación, me lo vas a negar?

—No se de que me estás hablando, no pienso discutir ningún tema ni mucho menos darte explicaciones.  — dicho eso se retiró a su habitación.

Cruzada de brazos veía como su madre se había encerrado en su cuatro, negó con decepción dándose cuenta de que ella no es ni será lo que muchos creen.

Mientras caminaba hasta su habitación revisaba su celular, Manuel le había escrito

Manuel: ¿Se ha escandalizado tu madre?