Fin de semana

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El fin de semana arribaba, Alonzo decidió tomar la invitación de Esperanza para descansar de sus labores.

Me encontraba acomodando la pequeña maleta tanto para el como para mi, el había salido a comprar bocadillos para el camino y alguna que otra cosa que nos hiciera falta.

Mi móvil en la cama sonaba, un mensaje me estaba llegando, no era necesario descifrar de quien era, Manuel y yo a ciertas horas nos escribíamos, desde que me llevó a ese lugar conversabamos, nada de romance, simplemente conversaciones básicas, aunque temo que Alonzo se entere una parte de mi no puede evitar contestarle cada cuanto que me escribe.

Marina: ¿Te vas todo el fin de semana no?

Aurora: Si, por favor no me escribas.

Marina: Te lo prometí, soy un hombre de palabra.

Aurora: No está mal recordartelo de vez en cuando.

Marina: cuando regreses hay un lugar al que debemos ir.

Aurora: ¿A ti se te olvida mi condición no?

Marina: Si Aurora, una mujer comprometida, pero cuando estas conmigo no lo eres. Así que...

Aurora: Jaja, no me hagas cambiar de opinión y borrarte.

Marina: Te reto ;)

─¿Qué es tan gracioso?─ me quedé fría al escucharlo en la habitación, sostuve el teléfono con mucha fuerza, aunque no sabía porque.

Respiré profundamente y le dije.─ Payasadas de Esperanza. ─ guarde el móvil en mi bolsillo y proseguí con lo que hacía. ─ ya todo está listo. ¿Tú lo estas?

─Si, déjame ayudarte con la maleta.

Cuando el salió de la habitación, agarré rápidamente mi celular para escribirle ─Estoy con Alonzo, cumple tu palabra. No respondas.─ borre todos los mensajes sintiéndome tranquila y me fui.

•••••

Nos encontrábamos lejos de nuestra zona pero no tanto en caso de que las niñas nos llegasen a necesitar.

Esperanza lucía un enterizo de colores, se le veía muy emocionada por estas pequeñísimas vacaciones.

─Estoy encantada con esto.─ chillaba de alegría. ─ el hotel cuenta con diferentes áreas, tengo varios planes pero el principal es ir a la piscina.

─Lo que diga mi preciosa. ─ mencionaba Gustavo mientras la abrazaba.

El itinerario era el siguiente, ir a nuestras respectivas habitaciones, ponernos cómodo y encontrarnos en la piscina. Alonzo estaba algo callado y eso me incomodaba.

─Hey. ¿Estas bien? ─ le pregunté mirándolo a través del espejo mientras me acomodaba el traje de baño.

─Si bonita, estoy bien.

En todo este tiempo de relación jamás me había llamado de esa forma, sólo había una persona que lo hacía, y el lo sabía.

¿Será que...?

─¿Quieres hablar? Te noto serio. ─ me atreví a decirle acercándome a el.

─Pensando en el trabajo. ─

R E L I G I O S A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora