Carta

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Caracas, Venezuela.

Alonzo había sido invitado como orador, después de haber cometido aquel acto tan ruin, debía estar lejos del bullicio por un tiempo y mantenerse bajo perfil en uno de los países donde las leyes no son complidas, la invitación a dicho país le había llegado días antes de lo sucedido y la iba a rechazar por quedarse con su ex futura esposa, luego de haber echo tal atrocidad ubicó a la persona para confirmarle cuanto antes su participación y así emprender partida.

Su presentación sería en uno de los institutos más reconocidos de la capital, Univerdad Central de Venezuela, a unas cuadras de este se encontraba hospedado en el Hotel Alex, de momento la culpa lo acechaba pero luego desaparecía al recordar que esa persona se lo merecía por jugar con el

Manuel, con ayuda de Gustavo y otro amigo había dado con su paradero, por lo que su avión se encontraba aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

Habían estudiado perfectamente todo para poder llegar a el, después de pasar por todo el ajetreado proceso de Migración se encontraban en un taxi con rumbo al Hotel Plaza Mayor, el Hotel también estaba cerca de donde se encontraba Alonzo y la Universidad.

Las ganas de tenerlo frente suyo lo carcomian pero debían actuar de manera inteligente.

─Voy hacer una llamada.─ dijo Manuel a Gonzalo. ─ya regreso.

Desde el balcón de su habitación marcaba el número que su confidente le había dado para tener noticias de su amada mientras se encontraba fuera del país

─Pía. Estoy en Venezuela. ─Le anunciaba, una vez que ella le había contestado.─ ¿Cómo está Aurora, ya la vio?

─Aún no ha despertado. Estoy viendo donde colocar tu carta de forma que no se entere que he sido yo.─ susurraba.

─Perfecto. Estaré ocupado y creo que mantendré el celular apagado, pero cualquier cosa no dudes en escribirme, en algún momento lo veré.

─De acuerdo. Esta bien.

•••••

Habían pasado los días y el ánimo de Aurora decaia, el sentimiento de arrepentimiento no la dejaba, Manuel se había ido pero esta vez por su causa.

No aguantaba estar más encerrada y acostada, quería salir a caminar y continuar con sus proyectos para así dejar el sentimentalismo a un lado.

Desperezandose se levantaba de a poco para ir al baño, en el camino se miraba con su espejo, las marcas del cuello empezaban aclareserse, para el momento cuando le tocara salir ya no estarían y por un lado se sentía tranquila, añoraba que de la misma forma los recuerdos que quedaron en su mente tambien se borraran.

Después de terminar todo el proceso matutino con desgana regresaba a la cama, hacía un poco de calor así que se levantó nuevamente para dirigirse a la ventana y abrirla, al llegar, en el costado de este estaba una carta, se asomó a la calle preguntándose como pudo llegar acá si su habitación estaba en el segundo piso y no tenía ningún árbol, aquella duda quedó en su mente.

La agarró y volvió nuevamente a su cama, su corazón latía a mil por horas mientras con sus manos repentinamente temblorosas intentaba abrirla.

Amada Aurora;

Me he vuelto un experto en escribir cartas, en todos años de ausencia fue una de las cosas que utilizaba como método de relajación para sacarte de mi mente, era difícil, nunca saliste de el.

Perteneces allí.

Nuevamente vuelvo a dejar mis pensamientos plasmados en una hoja para decirte que tu rechazo me dolió pero también me enseñó que no debo forzarte. Te daré el tiempo necesario para que tu mente pueda pensar con claridad respecto a nuestra situación, te estaré esperando, aunque no quisiera desperdiciar más tiempo lejos de ti.

Estoy más cerca de lo que crees.


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¿Qué creen que pasará a continuación ?

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