Final. Parte II.

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Dias antes.

Alonzo había permanecido mucho tiempo fuera del país, tenía que volver cuanto antes y más aún que las noticias sobre lo que había cometido habían disminuido.

─Me la van a pagar, de eso estoy seguro. ─ murmuraba mientras revisaba los millones de correos de todas aquellas personas que lo conocieron, aquella noticia había dejado un impacto, nadie esperaba que un hombre con perfecto perfil fuera capaz de semejante acto.

─Magda, cariño. Debo regresar a casa.─ Le anunciaba cerrando el portátil

─¿En serio, pero volverás pronto no?

─No estoy seguro. Tengo muchos pendientes por resolver.

─¿Me estas queriendo decir que esto es la despedida?

─Puede que así sea. ─ sentándose a.su lado besaba su frente.

─Volverás a buscar a Aurora ¿no es asi? ─ estaba enojada.

─No lo creo. Sólo que he abandonado la Fundación y me necesitan.

─Si, claro. Eso debe ser.─ respondió poco convencida.

─Ven conmigo entonces. ─ propuso.

─Lo siento. A ese país no regreso, aquí me siento muy bien.─ finalizó.

─De acuerdo. Ya tengo los pasajes. ─ informó

─Como quieras.

Todo el sentimentalismo lo había dejado en una persona que no valoro su esfuerzo por lo que la actitud de Magda no parecía importarle, después de acabar con su cometido, volvería por ella, por ahora, su atención estaba fija en una cosa, venganza.

••••

Al llegar a su casa una pila de sobres estaban en el piso, cada sobre conllevaba una serie de insultos, el último el que abrió fue para ser destituido de la Fundación, dejando a cargo del proyecto a su mano derecha, no podía comunicarse con ninguno de ellos, eso pondría en alerta a la ciudad.

La ira lo estaba consumiendo, pasó de tener todo a nada, de ser reconocido a ser el hombre más odiado de la ciudad, y todo por una mujer.

Todos los honores que había recibido, de los cuales estaban postrados en su biblioteca los estaba destruyendo uno a uno, la ira, la adrenalina recorría todo su cuerpo, estaba totalmente cegado.

•••

Visitando los lugares que frecuentaba Aurora la vislumbra de lejos, no veía el momento para acabar con este asunto, sólo debía esperar el momento perfecto.

Aurora estaba acompañada de Esperanza cargando cosas de repostería, inmediatamente recordó que las pequeñas estaban próximas a celebrar su cumpleaños.

•••

El día de la celebración había llegado, totalmente camuflajeado pasaba por casa de Esperanza para ver si ahí se daría la reunión, en la entrada del lugar estaban varias personas con implementos de fiestas adentrandolos a la casa, como no veía a ningún rostro conocido rápidamente estacionó su coche y se acercó a la entrada. Los empleados murmuraban sobre las cosas que faltaban, uno de ellos cargaba una lista.

─Hey, tu.─ llamó el encargado.─ ¿Estas perdido o que?

─Ehmm...─ no sabía que responder.

─¿Eres parte de la recreación?─ asintió inseguro.─ ¿Entonces que esperas para arreglarte? Busca el traje y cambiate. Los invitados están a punto de llegar.

R E L I G I O S A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora