Mi bebé

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*Sara*
¡No podía creerlo, por fin tenía a mi pequeño en mis brazos!
Lloraba como una tonta mirando como Franco lo mecia en sus brazos.
Era tan hermoso...
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Pasaron los meses y llegó el día que más esperábamos todos...
¡La boda de mis padres!
Por fin podrían realizar su amor...
Franco y yo estábamos sentados junto a mis padres mientras los invitados bailaban y disfrutaban del combite.
Mi bebé estaba en mis brazos observando a todos con sus hermosos ojos azules.

Mientras mis padres bailaban, Franco agarró mi mano

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Mientras mis padres bailaban, Franco agarró mi mano.
¿Que pasa amor? -dije viendo que me miraba de una manera muy intensa.
Que te amo-dijo Franco basándome con pasión.
Nos separamos a desgana, ya que mi bebé estaba entre nosotros y no lo queríamos aplastar, lo miré y ví que se había quedado dormido...
¿Con todo este jaleo y se duerme? -dije y Franco se hechó a reír.
Mamá vamos a acostar a David -dijo Franco y llevamos a nuestro pequeño arriba.
Franco lo cogió y lo acostó en su cuna,mientras yo lo observaba llena de ternura.
¿Quien me iba a decir que aquel malvado vaquero se convertiría en el amor de mi vida?
Se dió la vuelta y me miró con curiosidad.
¿En que piensa mi bandolera? -dijo agarrando mi cintura y pegándome a él.
¿Bandolera?-dije boquiabierta.
Si señorita, así llamamos por aquí a las ladronas de bancos -reimos y nos besamos, pero su beso se volvió ardiente de un momento a otro.
Franco... -gemí mientras él besaba mi cuello.
Sara, no e podido tocarte desde que nació David... Por favor ya tiene 6 meses... -dijo pasando su lengua por mi clavícula.
En un abrir y cerrar de ojos estábamos ,semidesnudos, en la habitación que solía usar antes.
Sabes... Siempre quise hacerte mía aquí-dijo lanzándome a la cama y subiéndose sobre mí.
Yo incluso llegué a soñarlo-susurré en su oído para después lamer el lóbulo de su oreja.
Hicimos el amor como nunca ,el orgasmo fue tan fuerte y abrumador que caímos rendidos, con las respiraciones agitadas.
Te amo, gringuita-dijo Franco sin aliento.
Yo también te amo charrito-dije sonriendo, viendo como se le cerraban los ojos.
Abajo todos bailaban y festejaban con gritos y canciones, pero yo celebraba en silencio la felicidad tan grande que tenía, mi hijo, mi marido a mi lado y toda mi familia y amigos...
Con todo aquel amor y con aquella felicidad abracé a mi marido y caí en brazos de Morfeo sabiendo que a partir de ahora todo sería felicidad.
Fin.

Mi Bandolera (segunda parte de Mi Malvado Vaquero) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora