Mi Bandolera (segunda parte de Mi Malvado Vaquero)

reencuentro

Llegamos a nuestro escondite y Max cerró las múltiples cerraduras de la puerta.
¿¡PORQUE NO DISPARASTES!? -gritó Max hecho un basilisco.
¡No lo sé y no me grites Maximiliano,a mí me respetas!-dije y unas borrosas imágenes llegaron a mi mente, pero era más la voz de alguien que otra cosa...
Max dió dos pasos atrás impactado, mientras yo le observaba con furia.
Dame las llaves de la moto -dije a Hugo, extendiendo la mano.
Niky... -empezó, pero no le deje hablar.
¡QUE ME LAS DES HE DICHO! -grité
Me dió las llaves y salí hacia fuera poniéndome el casco mientras montaba en mi moto.
Nicole, por favor... -dijo Max saliendo tras de mí.
Max, mejor entra no te vallan a ver y arruines este escondite... -dije para después acelerar y dejarle allí plantado con la palabra en la boca.
No se ni como, ni por que pero acabé en la puerta del Hospital...
Algo me había impulsado hasta aquí...
Ese policía...era el hombre de mi sueño... O eso creía...
Además me había llamado Sara¿porque?
Tenía que averiguarlo...
Además estaba preocupada por él... No se porque pero no me iría de allí sin verlo...

Eran casi las tres de la mañana, cuando por fin lo ví salir.
Iba acompañado de una pareja y una mujer también vestida de policía que lo agarraba del brazo.
¡Monté en cólera al verlos juntos! ¿Porque me dolía tanto esto?
Leticia se andar ¿vale? -dijo soltandose de ella de un tirón.
Eso me provocó un cosquilleo en el estómago.
¿Pero que narices me pasa?
Ya le había visto así que decidí subirme a la moto e irme pues Max ya me estaba llamando...
Entonces el policía levantó la vista y me vió.
Me quedé paralizada, mientras él corría hacia mí y me abrazaba con fuerza contra su musculoso pecho.
Suelteme porfavor... -susurré invadida por mil sensaciones que no tenían sentido.
Estaba feliz así abrazada a un desconocido, mi corazón latía como nunca y mis ojos escocian de ganas de llorar.
Sara, mi vida... -dijo y lo miré aún más confusa.
Perdone pero solo quería ver si usted estaba bien... -dije intentando separarlo de mí sin conseguirlo.
¿Porque me tratas de usted mi amor? -dijo dejándome en shock.
¿Mi amor?
Perdone pero creo que usted me confunde con otra mujer... Yo me llamo Nicole y soy la esposa de uno de los hombres de esta tarde... -le dije y se puso tenso.-yo no sé quién es usted señor...
Él me miró sonriendo.
Ahora entiendo todo... -dijo justo cuando la tal Leticia me agarró y me tiró al suelo intentando esposarme. ¡Leticia basta!-gritó una voz de mujer que hizo que mi corazón volviera a acelerarse, mientras que el hombre que me llamaba Sara la empujó para alejarla de mí.
¡¡NO VUELVAS A TOCARLA EN TU VIDA!! -gritó agarrandome a su lado-¡¡Vete!! ¡¡VETEEEE!!.
Estaba fuera de sí...
Entonces la otra mujer se paró delante de mí.
Fui subiendo mi mirada desde sus botas hasta su cara.
Al mirarla me quedé impactada.
¡Era como mirarse en un espejo!

Entonces abrió los brazos hacia mí y sin pensar me lancé hacia ellos.
Mí niña... -dijo besando mí cabeza.
Una ráfaga de imágenes recorrió mí cabeza.
Esta mujer entrando en un salón y yo corriendo a sus brazos diciendo «Mamá».
¿M-mama? -pregunté dudosa.
¿Porque lo dices asi como si me lo preguntases princesa?-dijo mirándome a los ojos.
Entonces... ¿Usted es mi madre? -dije temblando.
Si... Mi nena ¿que te pasa? -dijo con cara de preocupación.
N-n-no recuerdo nada... -dije y su cara cambio de preocupación a asombro.
¡Ay no! Mi chiquita ¿que te hicieron? -dijo con lágrimas en los ojos.
Escuché que alguien se acercaba y ví a un hombre de unos treinta y tantos muy guapo de ojos azules. 

Hola... -dijo mientras yo lo miraba desde los brazos de mi madre.
Yo miré a mi recién descubierta madre y ella me sonrió.
Este es tu papa mi cielo.-dijo y la tal Leticia hizo un sonido de asombro.
Entonces mi móvil empezó a sonar.
Miré la pantalla y mis padres y el otro hombre hicieron lo mismo.
«Max llamando...»
Maldita sea... -escuché decir.
Tranquilo, Franco -dijo mi padre.
Franco... Así que así se llamaba...
Pedí silencio con un dedo en mis labios  y descolgué poniendo el manos libres.

*llamada telefónica*
¿Que quieres Max? -dije de mala leche.
Niky mi amor ¿donde estas?-preguntó ansioso.-nos tienes preocupados.
Estoy dando una vuelta para despejarme, ahora iré a casa, no me presiones más Maximiliano! -grité y sentí la mano de Franco en mi cintura.
La cara de Leticia, era un poema, Dios como odiaba su cara de lechuza!
¿Donde estas? ¡Te estoy buscando con el coche! -dijo y en ese momento unod ambulancieros pasaron a nuestro lado, con un hombre malherido.
Varón, 20 años traumatismo craneoencefálico... -iban diciendo.
¿¡ESTAS EN EL HOSPITAL!? -gritó colérico-¡¡¡SAL DE AHÍ YA!!!
¡No me da la gana! -dije y colgué.
Franco estaba a mi lado con los ojos cerrados tratando de calmarse.
¿Que le ocurre? -pregunté apoyando mi mano en su pecho sin pensar.
El abrió los ojos y me miró con expresión torturada.
Sin previo aviso me pegó a él y me besó.
Mi primer impulso fue empujarlo, pero mi cuerpo no me obedecía. Todo mi ser parecía bailar de alegría con su contacto.
Nos separamos para coger aire,le miré confusa y excitada.
No fué así cuando me besó Max... -susurré y por su cara cruzó la furia por un momento.
Ni lo será jamás-dijo volviendo a besarme, sin importarle los tres pares de ojos que nos observaban...
De pronto Leticia tiró de mí separandome de Franco.
¡Basta!-gritó con lágrimas en la cara-¡esta casada Franco!
Lose... -dijo y me sentí una traidora -pero no con quien ella cree...
¿¡Que!? -gritamos ambas a la vez.
Mira me da igual con quien estes casada, pero lo estas, así que alejate de él-dijo intentando empujarme por lo que nos enzarzamos en una pelea, que Franco no tardó en disolver.
¡Ya basta Leticia!-dijo metiendome detrás de él.-estoy enamorado de ella!
Me quedé helada, con sus palabras haciendo eco en mi mente.
¡NO! ¡¡ESTAS MINTIENDO!!-gritó desesperada golpeando su pecho.
Un dolor enorme cruzó mi cabeza de sien a sien, haciéndome gritar de dolor agarrandome la cabeza. Después silencio y oscuridad.