Nuevo "compañero"

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Y así pasaron los años, no tenía rumbo definido, ni casa, ni mucho dinero; me las pasaba vendiendo helados artesanales en un pequeño carro, lo que me servía para pagar la habitación que estaba arrendando. Pensé en tomar de nuevo mis estudios, pero no tenía dinero, sigo pagando el hospital, le envio mensajes a Chris y de vez en cuando nos vemos y tomamos un café.

Estuve con ese mismo rumbo por 2 años, hasta que ahorrando pude comprar un pasaje para mi ciudad natal, todo lo que quería era volver a mi casa. Aunque no lo he admitido, sigo teniendo pesadillas cada semana con la misma chica y el mismo bosque.  ¿Qué será de mi vida?, ¿estaría paranoíca o todo esto era real?; a diario tomo pastillas para dormir, sueño en negro y despierto en el mismo frío colchón.

Era un día martes por la mañana, un día soleado y lleno de vida, salí a trabajar como siempre en mi carrito de helados, llegué al parque y estaba casi desierto; un chico se me acerco a hablarme.

¿Disculpa?-.me dice.

Alzo la cabeza y puedo ver que es bastante guapo, y me sonríe amablemente.

Me pongo nerviosa y le contesto: ¿ssssisii..?-se notaban mis nervios, entonces intenté recuperarme y parecer firme.

Recién llegue a esta ciudad y bueno, estoy buscando una habitación donde quedarme o algo, ¿sabes donde hay alguna?.-

La sonrisa se dibujo en mi rostro, y le conteste emocionada: ¡claro! sabes que estoy arrendando una habitación y creo que la señora le quedan más!, ven, vamos!-

Y el chico me siguió.

Por cierto, me llamo Terrie.-le digo.

Lindo nombre, yo me llamo Matías.

Siempre me gusto el nombre Matías, es lindo, como tú.

¿Qué?-. me responde asustado.

QQQ...que es lindo el parque. Por cierto..¿cuántos años tienes?

Ah jaja, 23 y tu?

¡Yo también!-.

Entramos a la residencial, la señora estaba barriendo el pasillo y me saluda con una sonrisa.

Disculpe, señora Rosa, él esta buscando una habitación, ¿le quedan más?

Si tengo una, pasa al piso 2 habitación 12.

Gracias.-dijo y lo acompañé, ambos ibamos al piso 2. Y luego ocurrió una sorpresa...rayos, que suerte, estamos al frente.

Así que...somos vecinos, ¿no Matías?

Soltó una risita, sí vecina Terrie, un gusto.

Cuando quieras puedes pasar por azucar y quizás podemos charlar un rato.

Claro, iré a ordenar mis cosas, adios.-y desapareció tras la puerta de la habitación.

He quedado atraida por Matías, rayos todo calzaba, tenemos la misma edad, vivimos al frente y ¿qué más puedo pedir? debo estar con él. Cuando estoy propuesta a algo debo lograrlo. Entonces al otro día comenzaría mi plan de conquista.

Me levanté a las 10:00 am, me bañé y me puse un vestido con puntos rojos y blancos, me puse una cinta en el pelo y unas sandalias. Era un día tan lindo como ayer. Entonces salí y choqué con Matías, que venía saliendo de su habitación también.

Oh disculpa linda, este pasillo es muy chico--me dijo, pasando una mano sobre mi hombro.

La culpa ha sido mía, te venía a interrumpir, te venía a invitar a tomar un café a la plaza, ¿quieres?.

Lo lamento, Diana me invitó primero, estaba saliendo hacia allá, pero si quieres puedo acompañarte en el camino.

No importa, iré yo sola.-Y me fuí enojada por las escaleras mientras que Matías fué por el ascensor.

No sé porque me irrita tanto, no somos nada, aún.

Llegamos juntos a la puerta principal, él se me adelantó y abrió la puerta para mi, a lo cual yo respondí pasando sin ni siquiera mirarlo y cerrando la puerta en su cara, grotéscamente. Matías vino hacia mi y me giro hacia el.

¿Qué te pasa?-me dice mirandome fijamente.

Nada, ¿por qué?

¿Por qué? saliste furiosa de mi cuando estabamos arriba,me cerraste la puerta en la cara grotescamente, ¿es por qué no acepté tu invitación al café?, bueno lo siento señorita, no debes enfadarte con alguien que no conoces, no somos nada, unos desconocidos, o eso creo. Además no podía dejar a mi prima que no la veo hace 16 años..adiós.

Me quedé perpleja, pensando lo que me dijo, "no somos nada", es cierto que no somos nada, pero quisiera ser algo en su vida. Lo que me deja tranquila es que aquella chica con la que se juntaría era su prima, nada más allá, tengo el camino libre.

Aún me siento culpable por haber reaccionado así, si quería que fueramos algo más allá siendo unos simples desconocidos debía hacer algo, comenzando con una disculpa. Me arreglé con algo sencillo, falda azul y blusa blanca. Entonces me dirigí a su puerta y di tres suaves golpecitos.

Salió Matías, me miró levemente y arqueó una ceja.

¿Sí?-por fin me dijo.

Hola, bueno, quería decirte que lamento mucho lo de hoy, es que la verdad es que me atraes, desde el momento en que te ví, y cuando algo me gusta hago lo posible para que sea mio y se que no somos nada, pero quiero que seamos algo.-me sonrojé mucho, núnca le habia dicho algo así a un chico.

Matías sonrió y me dió un abrazo, apoyó sus labios sobre mi frente y me invitó a pasar. Sólo tenía una cama y una alfombra peluda. Se sentó en la cama e me invitó a sentarme junto a él. Quedo mirándome unos segundos, hasta que me sentí incómoda y le pregunte que pasaba.

Es que..eres linda.-me dijo, poniendo la mano sobre su nuca.

Me sonrojé y él me devolvió la sonrisa. De pronto, de la nada comenzamos a ver películas, a comer cabritas y bebida, las risas iban y venian, miradas rápidas, chistes, sustos y más;  3 horas seguidas, hasta que sin pensarlo, me quedé dormida.

NO ENTRES AL BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora