XIII. Masacre.

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El misterio sujeto se quitó la capucha una vez estaban en casa para dejar ver el rostro de un hombre que apenas pasa los veinte años, de cabello de un tono arenoso, y de ojos que brillan como ámbares. Aunque una pequeña zona de su cachete derecho mantenía algunas escamas al color de la piel humana.

Los dos cholos que los seguían se sentaron en un sofá y miraron temerosos a la niña que seguía manteniendo esa oscuridad en su cuerpo, era como una armadura de fuego negro, más no emitía calor alguno.

—¿Y bien, Madirrotzen? ¿En dónde está Padre X ahora? —cuestionó Loducratchering seriamente.

La pequeña niña finalmente decidió absorber las llamas negras para mostrar su apariencia "humana", siendo una niña de algunos diez años, con el cabello rizado y negro, y de ojos violetas. Ella fue a la cocina sin responder la pregunta de Lodu, y rápidamente regresó con un juego de té.

—En Jalisco —respondió Madi.

Entonces les ofreció una taza de té a los pobre ladrones que se asustaban con solo verla moverse ligeramente.

—P-Preferiría cerveza —dijo Visco.

Pero inmediatamente se tragó sus palabras al ver la mirada amenazante de la niña y aceptó la taza de té, y panzón ni siquiera intentó conseguir algo más. Entonces bebieron el té de un sorbo. Al ver esto, Madi le ofreció una taza a Lodu, pero este la rechazó inmediatamente.

—Desafortunadamente no soy inmune al veneno, querida Madi —mencionó Lodu, por lo que Visco y Panzón escupieron el té al escuchar esas palabras. —Entonces, fue a Jalisco. ¿Qué motivo tiene para ir ahí? Recién me había pedido que viniera, y que trajera a estos dos conmigo —dijo Lodu señalando a los cholos.

—Un grupo de delincuentes quiere nuestra protección para seguir repartiendo su droga por el país —dijo Madi, entonces le ofreció un poco de refresco de cola a Lodu, pero este lo volvió a rechazar, aun así, le hizo una señal a sus subordinados de que no tenía veneno esta vez, por lo que ellos aceptaron tomar la bebida.

—Padre X no iría con unos narcotraficantes solo por dinero, ¿qué fue lo que ofrecieron? —cuestionó Lodu.

—Una gema del tercer zodiaco. Al parecer conocen la ubicación exacta de una gema, y si su información es correcta, Padre los hará parte de nosotros —explicó Madi.

—¿Más humanos? Creí que Padre X solo quería que tuviéramos de dos a cinco subordinados humanos —mencionó Lodu.

—Para encontrar las gemas del tercer zodiaco necesitamos el apoyo de organización que puedan rastrear información fácilmente, claro que, organizaciones legales de los humanos jamás nos ayudarían, pero hablando de humanos con un estilo de vida criminal, nuestras oportunidades son mayores —explicó Madi, entonces se acercó a los cholos y los miró fijamente sin decir nada.

Ellos se pusieron algo incomodos, se sentían ridículos teniendo miedo de una niña de diez años, pero dada el aura asesina que se desprendía de ella, no podían evitar temblar.

De pronto, Madi les ofreció unas esferas con muchas luces de colores.

—Tómenlo, Padre X los ha reconocido como miembros de nuestra familia —dijo Madi al notar que seguían teniéndole miedo.

Ambos se apresuraron y las tomaron, para apreciarlas mejor de cerca. Eran objetos muy extraños, al tamaño de una pelota de béisbol, pero hecho de metal puro, el cual estaba bastante frío. Las luces parecían parpadear con un patrón predeterminado, y repentinamente, las esferas se abrieron para tomar la forma de una flor de cinco pétalos.

Los cholos casi las arrojan del susto, pero recordaron lo valiosos que pueden ser esto objetos, así que simplemente apartaron sus caras en caso de que fueran a explotar.

Código humano: La sangre sacra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora