XXI. El rostro de la maldad.

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México- Neo Guadalajara.

Quinta- Casa de Nayeli.

Neo Guadalajara estaba de luto. En sábado se perdieron muchas vidas de ciudadanos inocentes por los desafortunados acontecimientos que habían ocurrido. El gobierno no estaba preparado para enfrentar una situación tan impredecible como la posesión demoniaca, ni siquiera sabían la razón por la que se estaban dando ahora.

Luego de que la policía investigara los casos para encontrar algún indicio que los llevara a solucionar el problema, se dieron cuenta de que les era imposible encontrar un patrón lógico. Además, si se trataban de demonios poseyendo personas, no necesariamente debería haber un patron en las victimas, pero sí debía haber una razón que los haya provocado para actuar en conjunto.

Por otro lado, Arley y Nayeli se llevaron a Elías a la casa de Nayeli para atender sus heridas lo antes posible. El jinete ya había preparado una píldora curativa por si las dudas, pero solo eso no era suficiente para curar las heridas, después de todo, las heridas causadas por energía del aura son más difíciles de tratar.

Nayeli empleó todo su conocimiento para cerrar los agujeros que le habían abierto en las extremidades al muchacho, y lo hizo exitosamente, pero al parecer no desaparecía el dolor, pues Elías no dejaba de quejarse incluso estando inconsciente.

Luego de una hora de trabajo pudieron tumbarse en el sofá de la habitación dejando descansar a Elías.

―Fuu... no sabía que se podían usar las bendiciones de esta manera ―dijo Nayeli, refiriéndose al poder cerrar las heridas.

Su mentor jamás le enseñó una manera de curar con las bendiciones, pero en un día, Arley ya le había enseñado tres bendiciones nuevas con solo mencionarle el concepto básico de su poder.

―Sigues llamándolo bendiciones, pero diría yo que son milagros. Eso está bien por ahora, pero necesitas mucho entrenamiento si vas a seguir con esto ―respondió Arley, ni siquiera tenía las fuerzas para coquetear.

―Ha sido una día agotador ―luego de un suspiró dijo la enfermera.

―Ese demonio de antes no era normal, y por su mirada, o te conocía a ti, o conocía a este emperador tonto ―mencionó Arley.

―No quería pensarlo antes, pero creo que no puedo huir de esto. Ese chico debe ser Norberto, un amigo de Elías, eso explicaría su apresurada salida del hospital para ir a ese bosque. Alguien debió decirle que lo habían visto dirigirse para allá.

―Sea como haya sido, necesitamos esperar a que despierte para que nos dé toda la información que recolectó.

※※※※※

México- Neo Guadalajara.

Primera- Carretera Neo Guadalajara - Ameca.

En las afueras de primera hay un grupo de casa deterioradas junto a la carretera, se ven tan frágiles, tanto que pareciera que con un ligero soplo del viento se derrumbarán. Y en contraste con ellas, cinco autos negros de lujo con ventanas polarizados están estacionados ahí.

―Como dije, hoy nos deshicimos de dos más. Con esto ya son trece las personas en su lista que hemos eliminado ―explicó con tranquilidad el hombre de la máscara antigás.

―Sí, Sí. Lo que te pregunté es: ¡¿Por qué demonios tienes a una de las victimas contigo?! ―gruñó un hombre gordo y calvo, con gafas de cristales amarillos y con anillos de oro en sus regordetes dedos.

―Ya, tranquilízate Manolo. Ellos están cumpliendo su parte del trato, el punto es que ese niño ya pagó por haberse metido con nosotros ―dijo un sujeto vestido de charro.

Código humano: La sangre sacra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora