XII. "Algo caótico que es hermoso a la vez"

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El elegante chico de cabello blanco camina tranquilamente hacia un grupo de flores que emiten una brillante luz azul. Nayeli cuidaba del cuerpo del joven Elías mientras la otra mujer esperaba con los brazos cruzados junto a ellos.

A la enfermera le parecía fascinante que una flor fuese capaz de emitir tanta luz, además, sentía una extraña sensación en el ambiente, era algo que no podía describir con precisión, pero se sentía bastante tranquila, incluso cuando se encontraba cuidando del cadáver de un chico.

Isis se dio cuenta de que Nayeli podía ver la luz emitida por las flores, así que no se guardó nada para sus adentros, y dijo: —Los humanos plebeyos difícilmente pueden notar el aura, requieren décadas de entrenamiento para hacerlo. Sin embargo, tú estás aquí, maravillándote con el calor de la flor espiritual de la vida. También, puede utilizar el hechizo de resurrección. Tu talento es excepcional, aprobaste.

Nayeli escuchaba todo eso sin saber lo que quería decir esa misteriosa mujer, aún no podía confiar ciegamente en esos dos. Aunque resucitasen a Elías, no tenía idea de las verdaderas intenciones con las que pudiera cargar.

—Mi maestro es el excepcional —se limitó a decir.

Arley se sentó frente al grupo de flores mientras extendía sus brazos que emanaban de las palmas un vapor blanco.

—¿Qué está haciendo? —preguntaba Nayeli, pues realmente desconocía todas las cosas que no estaban relacionadas con las artes sacerdotisas.

Isis insinuó una sonrisa, como si pensara en Nayeli como una niña pequeña que intenta aprender del mundo. —Existen diferentes roles para cada persona adentrada en nuestro mundo. Elías es un emperador, ese es el rol que debe seguir. Tú eres una sacerdotisa, ese es tu rol. Yo soy una espada, ese es mi rol. Y Arley, ese tipo pervertido y mujeriego, es un refinador de flamas.

—¿Un refinador de flamas? ¿Qué se supone que significa eso?

—Toda existencia viva posee un calor en su interior, eso es lo que llamamos alma. El alma es un cuerpo creado a partir del Ki, un cumulo de Ki. Ante nuestros ojos, ese Ki al ser liberado del cuerpo se manifiesta como una flama, un vapor, o una luz. Arley es capaz de refinar el aura del tipo flama para crear elixires.

—Entonces, ese chico es inútil en combate —pensó Nayeli en voz alta, a lo que Isis negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña risilla.

—Un refinador de flamas está hecho para el combate. Sus elixires son potenciadores, pero no solo eso. La existencia de Arley es diferente de la que cualquier ser humano pueda manifestar. Arley es el jinete de la conquista, el primer jinete del apocalipsis. Aunque actualmente es solo un refinador de flamas, es su mejor momento fue el hombre más fuerte de la galaxia.

Nayeli dirigió su mirada a ese hombre joven de cabellos blancos, y con total admiración, continuó observando el bello ritual que se desarrollaba frente a las flores luminosas.

La luz que emana de las flores estaba viajando sutilmente a las palmas de Arley, y este formaba el contorno de una esfera moviendo sus manos rápidamente.

De pronto, la luz de las flores se apagó. Entre las palmas del jinete, una radiante esfera azul se encontraba.

—Isis, está lista. ¿Trajiste eso? —preguntó Arley.

Isis se acercó mientras buscaba dentro de su uniforme blanco. Entonces mostró una pequeña botella con un extraño símbolo, inmediatamente la enfermera lo reconoció, era como las letras grabadas en la puerta de plata, aunque este símbolo no era de un diseño tan simple.

Entonces, la mujer de cabello negro roció un poco del contenido de la botella en aquella esfera azul. La reacción consecuente fue que la esfera liberó un vapor de un azul más profundo, entonces, como si fuera el cascaron de un huevo, se agrietó, y del interior, una pequeña píldora resultó.

Código humano: La sangre sacra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora