Código humano: La sangre sacra.

VII. El despertar de un emperador -Parte 2-

Hace un par de horas...

"Antes que nada, debes respirar profundo y aceptar la realidad, una realidad que no sabías que estaba ahí, pero ahora que estás consiente de su existencia, no puedes aceptarla completamente. Es normal dudar de algo que desconoces, es normal sentir miedo y ansiedad, y es normal querer saciar esa extraordinaria curiosidad que poseemos los seremos humanos. Así que no tengas miedo, camina por ese túnel oscuro sin temor a nada, con la determinación de creer completamente en esa nueva realidad, y las puertas que esconden el origen de nuestra creación, serán abiertas ante ti.

Acepta tu origen, acepta la iluminación. Tu mente será expuesta a un sinfín de conocimiento, y al final, podrás regresar al estado primigenio de la raza humana, el estado en el que fuimos creados... para proteger el universo".

Este solo es un pequeño fragmento del diario de Nicolás Apolonio. Un diario en el que se relata cómo son sus cambios psicológicos y espirituales al intentar un método feroz para aumentar su poder. Además, habla de las habilidades que se pueden manifestar según los ocho tipos de sangre.

Nicolás Apolonio poseía el tipo "O negativo", uno de los tipos más raros. Y al principio, había manifestado su habilidad como el control sobre la oscuridad. En ese entonces pensaba que la oscuridad era algo tan simple para una habilidad tan importante, algo que hacía ver a la categoría "Emperador" como poco especial. Estaba seguro de que ese poder tenía muchos secretos ocultos.

Al leer todo esto, para Elías cobra todo el sentido del mundo. Dado que el diario obviamente pertenece a un emperador loco antes de perder su cordura, antes de volverse en contra de sus aliados. Siendo que ahora, ese enemigo que espera afuera está utilizando constantemente unos brazos de profunda oscuridad.

—Así que debo aceptar la realidad. Mi nueva realidad. La existencia de "Dios" y su reino en alguna parte del universo, la existencia de un mundo creado a partir de la energía negativa de los seres vivos, y un santuario forjado para resguardar la energía positiva. La forma del universo es compleja, y dolorosa de entender.

Mientras Elías continúa bañándose de conocimiento con ese diario. Se da cuenta de la complejidad con la que se ha tejido el cumulo de energías conocido como "Existencia bruta". La existencia bruta habla de las escalas que toma la existencia, comenzando desde un grano de polvo, hasta la colosal expansión de esferas universales.

—De la nada puede nacer un algo. De la vida puede nacer más vida, y de la muerte puede nacer otra alternativa a la vida, un estado más avanzado. Vida y muerte, son las leyes que rigen a cada individuo en el universo. Aunque somos pequeños, nosotros damos un sentido a la existencia. De nosotros nacen el bien y el mal.

Mientras más se va sumergiendo en los datos del diario, siente que están taladrándole la frente. Leyendo unas líneas más, siente que ese taladro penetra el cráneo, pero ni siquiera ese dolor puede detener su curiosidad. Así que el taladro llega al cerebro y lo parte a la mitad, es entonces que la punta de ese artefacto simbólico llega a acariciar la primera capa de su alma.

Pero, aunque su dolor es insoportable, no grita. Aunque debería estar tumbado en el suelo y derramando lágrimas sin parar mientras lanza desgarradores gritos, no lo hace. Aunque su expresión debería ser agónica, está sonriendo como un niño pequeño.

—Estoy feliz —dice mientras lágrimas escurren por sus mejillas. —Estar vivo es... No, el simple hecho de existir o haber existido es un regalo. Por qué todo... es tan impresionante. Quiero saber más, quiero conocerlo todo.

Sin darse cuenta, el muchacho se sumerge en un mar de oscuridad. Pero la sensación de su alma no es como la que había sentido cuando se encontró con la Iluminada. No, esta sensación le entrega una paz interior. Un sentimiento que te entrega la felicidad máxima, el mayor placer, la satisfacción de saber que estás existiendo.