Cacería.

Mierda...

Qué tal, muchas gracias por leer lo que escribo. Me alegro que a alguien le guste.

Bueno, como siempre nada me pertenece, yo solo ocupo los personajes sin fines de lucro.

Capítulo VIII. Mierda...

- ¿Están seguras que no hay otra opción? - preguntó Trina una vez más.

- No, ahora entra antes que venga alguien.

Con un último suspiro empezó a bajar a por la alcantarilla abierta.

Jade rodó los ojos. - ¿Debemos traerla?, estoy segura que los del gobierno no serán tan malos con ella.

Tori sonrío y por un momento hizo como si lo pensara. - Ya me encariñe con ella.

Jade río, y comenzó a bajar por la alcantarilla, detrás de ella Tori, dentro las otras dos ya estaban esperándolas.

Caminaron por un pequeño camino hecho para lo mismo, Cat guiaba el camino, y para estar atentas estuvieron en silencio por si alguien se acercaba.

Para las cuatro estaba siendo un martirio estar caminando justo a un lado de las aguas residuales, pero era más seguro que ir por la calle. Afortunadamente para las cuatro, si no eran vistas podían usar sus habilidades para llegar más rápido, por lo que tardaron muy poco tiempo en hacerlo.

Tori tomo la iniciativa de asomarse para ver que no hubiera alguna trampa, y al ver que era seguro salió por una alcantarilla en medio de la calle, al estar afuera ayudó a las otras a salir, la casa estaba justo de donde habían salido, por lo que no tuvieron problemas para acercarse, desde fuera y por dentro solo era una casa abandonada y también bastante descuidada. Pero Jade avanzó hasta el sótano del lugar, todo olía a humedad, pero antes que Trina dijera algo, Jade del suelo quito una especie de escotilla secreta que daba hacia un túnel.

El camino por el túnel, era bastante largo, pero al ser relativamente angosto tuvieron que ir a rastras hasta el otro lado.

Cuando lograron salir, Jade encendió un interruptor que prendió las luces del lugar, dentro había más cosas que en su propia casa, había mesas de metal en el lugar, con diferentes armas sobre de ellas, y varios refrigeradores en las paredes, Jade se acercó a uno y al abrirlo dentro habían bolsas de sangre, tomo cuatro, y las repartió.

Las cuatro sorbieron directo de las bolsas, y durante unos segundos no dijeron nada, pues pese a que estaban tranquilas por fuera, dentro de sí, todas pensaban en como serían las cosas de ahora en adelante.

- Entonces ya nos tienen identificadas. - dijo Jade.

- Yo creo que por lo menos a ti y a mí así debe ser. - dijo Tori, asiendo la bolsa a un lado.

- ¿Como creen que lo hayan hecho?- pregunto Cat.

- Lo más seguro es que hubieran capturado a uno de cada uno, y los hicieron hablar. - Respondió Trina. - ¿Pero que es lo que vamos a hacer? -

- No tenemos muchas opciones, o permanecemos solas entre nosotras, o nos unimos a los aquelarres para defendernos de los humanos. - dijo Tori, viendo a Jade dándole a entender que haría lo que ella decidiera.

Jade sorbio más de la bolsa, pensando en el siguiente movimiento, si se decidían unirse con los de alguna especie, por lo menos para dos no sería fácil que las aceptarán, además que cuatro llamarían menos la atención que quinientos.

- Solo seremos nosotras, e iremos a Canadá, en un bosque seremos menos fáciles de rastrear.

Las otras tres asintieron, Trina había aceptado que su hermana no se separaría de Jade, y no estaba dispuesta a dejarla.