Café con azúcar

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El agua caliente relajaba cada músculo de su cuerpo, al fin tenía un rato para despejarse de todo lo que tenía en su mente. Salió y se puso ropa abrigada de entre casa, ya que no pensaba salir de su cama en lo que quedaba de la tarde. Las 4 horas que tenía libres se dedicó a dormir profundamente. Se despertó a las 19.30, automáticamente pensó en qué castigo podría darle a Granger hoy, recordó la breve e insulsa conversación de la anterior noche y sonrió, Hermione Granger no le caía ni mal ni bien, pero eso no era motivo para tratarla mal las 24 horas.

Se levantó, se cambió de ropa y encendió la chimenea. Fue a la cocina, abrió el refrigerador y sacó una botella de agua pequeña y se sentó a leer "El Psicoanalista" de John Katzenbach. Miró su reloj después de unos largos capítulos y ya casi era hora de cenar, se abrigó aún más y salió rumbo al comedor.

Se sentó en su respectivo lugar entre Albus y Madame Pomfrey que al verlo sonrió.

-Creo que debes responderme una pregunta Bobby- dijo el director.

-Sí lo sé. Me fue bien- respondió cortando su carne asada.

-Averiguaste algo importante?- dijo el anciano viendo como Hermione veía a Snape con una mirada de enamorada.

-No Albus- dijo después de tragar un pedazo de carne.

-Está bien- respondió Dumbledore.

Terminó de comer su carne y comió su helado de chocolate y frutilla. Se levantó de su asiento y salió caminando despacio, había comido mucho.

Al llegar se desvistió un poco y se acercó a la chimenea mientras esperaba a Granger.

15 minutos después tocaron su puerta, miró su reloj, justo a tiempo.

-Pase- dijo sentándose -buenas noches Granger- saludó cuando entró a su oficina.

-Buenas noches señor- dijo caminando hasta su escritorio.

-Hoy va a ordenar mis libros de forma alfabética- dijo cruzandose de brazos. Hermione miró una pequeña estantería y pensó que en media hora lo terminaría, Snape se percató de eso -No Granger, no esos libros- Hermione lo miró desconcertada -esos libros- señaló la biblioteca a unos metros de su derecha. Hermione abrió su boca, eran al menos 50 libros.

-Me va a llevar toda la noche- dijo Hermione volviendo a mirar a Snape.

-Eso pasa por querer robarme mis pociones, no le tomará más de media hora Granger, tal vez 45 minutos si sigue ahí parada mirandome con esa cara de enojada- dijo sacando la pluma del tintero y empezando a corregir.

Hermione lo fulminó con la mirada y empezó a ordenar los libros.

Después de unos 20 minutos corrigiendo Severus se levantó a preparar café. Cuando estuvo listo sirvió 2 tazas y le llevó una a Granger.

-Tome Granger- dijo dándole una taza.

-Gracias señor- dijo dando un sorbo y puso cara de asco. Snape rió y le alcanzó el azúcar. Era la primera vez que Hermione veía reír a su profesor de pociones.

-Marica Gryffindor- dijo cuando Hermione terminó de echarle azúcar a su café.

-Oiga, es feo el café sin azúcar- Snape volvió a reír.

-Tendría que haber visto su cara Granger- dijo aún sonriendo.

-Y usted tendría que ver la suya- dijo Hermione aún viéndolo, la sonrisa de Severus se ensanchó aún más.

-Acaso cree que no me río Granger?- dijo mientras corregía su ensayo.

-Nunca lo vi reírse- dijo.

-Es que sus compañeros no me dan risa- dijo Snape.

-Y yo sí?- dijo Hermione.

-Solo su cara- respondió.

Hermione terminó su café y lo dejó sobre el escritorio.

-Señor creo que termine- dijo Hermione después de otros 20 minutos.

Severus se paró y corroboró que estén ordenados y asintió.

-Sí Granger, terminó- dijo.

Hermione juntó sus cosas y se preparó para irse.

-Granger- dijo Severus cuando vio que se estaba preparando -no va a salir así, póngase un abrigo-

-Es que no tengo señor, olvidé mi buzo en la habitación- respondió.

-Tenga- dijo dándole un buzo negro.

-No señor, estoy bien- contestó Hermione.

-Granger- dijo viéndola.

Hermione tomó el buzo y se lo puso. Agarró su mochila y caminó a la puerta -buenas noches profesor- dijo saludándolo y abrió la puerta.

-Buenas noches Granger, descanse- dijo parado de brazos apoyado en su escritorio.

-Igualmente- dijo cerrando la puerta tras de sí y yendo a su torre.

Severus terminó de corregir el ensayo, llevó las tazas a la cocina y las lavó de manera muggle. Luego se puso su pijama y se dispuso a dormir.

Giros InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora