Las recomendaciones innecesarias de Minnie

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Estaba corrigiendo cuando McGonagall entró a su oficina.

-Hola Bobby- dijo sentándose.

-Hola Minnie, qué tal tu día?- preguntó.

-Terrible, necesito relajarme- dijo encendiendo un cigarro.

-Lo veo- dijo viéndola, McGonagall le tendió su atado ofreciéndole uno pero Snape negó con su cabeza -no tienes hoy tu sesión diaria de cariñitos?- dijo.

-En unas horas, Albus está tapado de trabajo. Bobby, Granger va a venir lunes, miércoles y viernes de 18 a 19- dijo diciéndole.

-Está bien- dijo Snape dejando la pluma en el tintero y encendiendo un cigarrillo.

-Bobby tené cuidado con Granger- dijo viéndolo.

-Cuidado con qué?- preguntó.

-Ambos sabemos lo que la señorita Granger piensa acerca de tí y el lío que puede armarse si alguien se entera- respondió dando una pitada a su Virginia.

-Minnie hablas como si ella y yo tuviéramos una relación- dijo exasperado.

-Creo que no falta mucho Bobby. Yo soy la menos indicada en decirte que no podes tener una relación con un estudiante y menos Albus, pero si alguien se entera y llega al Ministerio entraremos en un grave problema y seremos despedidos del colegio y el mundo mágico. Si deciden tener una relación me parece genial, pero que no salga de aquí- dijo apagando su cigarro. Snape la miraba estupefacto -y tal vez vendría bien que le digas a la señora Malfoy que reduzca la frecuencia de las visitas a tu oficina- agregó.

-Estás loca- dijo dando una larga pitada a su cigarro.

-Tal vez, pero quiero lo mejor para ti Bobby- dijo parándose.

-Lo sé- respondió.

-Me voy, más tarde nos vemos- dijo yéndose la profesora de transformaciones.

Miró su reloj, faltaba una media hora para que arranque el castigo de Granger. Esa media hora se dedicó a corregir los ensayos faltantes. Tres golpes suaves sonaron.

-Pase pase quién quiera que sea- dijo terminando de corregir un ensayo.

-Hola señor Snape- dijo Hermione Granger.

-Buenas tardes Granger, tome asiento- dijo.

-Hoy qué voy a hacer señor?- preguntó casi emocionada.

-Corregirá esto- le dio una pila de ensayos.

-Pero son de séptimo- dijo viéndolos.

-Consulte la grilla Granger- dijo.

-Bueno- dijo empezando a corregir los trabajos.

-Y cómo está usted señor?- preguntó la leona.

-Bien, usted?- refutó.

-Bien, gracias- dijo -podría darme estos exámenes no?- peguntó viéndolo.

-Ni lo sueñe Granger- respondió.

-Ay por favor, Bobby- suplicó.

-Se traga los libros Granger no suplique cosas que tiene. Si fuera una persona que le cuesta entender con gusto la ayudaría pero como no lo es , me abstengo a guiarla- sostuvo.

-Lo odio- dijo poniendo cara de enojada y volviendo a corregir, Snape largó una carcajada.

-A usted nunca le dijeron no, verdad?- dijo, Hermione guardó silencio -quién le diría que no a la brillante sabelotodo de Gryffindor- agregó viéndola.

-No es mi culpa que me guste estudiar y saber- dijo poniéndose roja del enojo.

-Claro que no tiene la culpa, pero puede dejar de hablar sin permiso o querer mostrar que lo sabe. Haga sus cosas en silencio y que los demás hagan su éxito Granger- dijo.

-Gracias por su consejo profesor- dijo comprendiendo lo que su profesor acababa de decirle.

-De nada- dijo -vamos a cenar?- preguntó parándose.

-Sí señor- dijo abrazando a su profesor.

Snape pegó su boca al pelo de Hermione.

-Vamos- dijo Hermione separándose.

Subieron al comedor hablando de la casa Ravenclaw.

Giros InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora