El juicio

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-No me gustan los juicios y lo saben bien- dijo Severus exasperado.
-A nadie le gustan Bobby, pero es lo que corresponde. Trataron de violar a Minnie, te golpearon hasta dejarte inconsciente y con la cara desfigurada- decía el director Dumbledore.
-Lo sé, y no estoy diciendo que no iré, solo digo que me exaspera el solo imaginarme el hecho de que estaré ahí frente a un montón de personas diciendo lo que pasó esa noche- respondió el pocionista.
-Y a mí también me exaspera Bobby, pero es la única oportunidad de que Umbridge se vaya de aquí- dijo McGonagall.
-A qué hora hay que estar allí?- preguntó Snape.
-En una hora- dijo el director mientras buscaba una túnica elegante para ponerse.

Severus volvió a su habitación y también buscó un traje elegante para ponerse. Odiaba los juicios, desde lo de su madre al cual se había tenido que enfrentar a 4 juicios contando toda la violencia física y verbal que había sufrido con su padre, cada sesión en la corte era insuficiente para contar todo lo que había vivido, y eso que no contó los pormenores.
-Bobby- dijo la castaña abriendo la puerta de la habitación de Snape.
-Hola Herms- saludó y fue a besarla.
-He escuchado que el juicio es en una hora. Todo saldrá bien, tranquilo- trató de calmar a su profesor quien caminaba por toda la habitación no por estar nervioso, sino por que estaba tratando de olvidar los juicios del asesitato de su madre.
-Estoy bien Herms, es solo que no me agradan los juicios, es todo- dijo abrazando a su alumna.
Se vistió, se puso un traje negro con una corbata de igual color y una camisa blanca.
-Maldita sea- musitó.
-Qué sucede?- dijo la castaña quien lo miró porque estaba distraída mirando la habitación de Snape.
-Nada, solo estoy molesto- respondió terminando de anudar su corbata.
-Bobby, tenemos que irnos- dijo McGonagall parada en la puerta de la recamara de Severus- señorita Granger- saludó a Hermione -te espero afuera- concluyó la profesora y se marchó.
-Tranquilo, estarán bien. Te estaré esperando aquí- le dijo Hermione.
-Gracias Herms, te buscaré cuando regrese -besó los labios de su alumna reiteradas veces y ambos se marcharon.

-Señor Snape, podría decirme qué fue lo qué pasó esa noche?- dijo el juez, que era Harold Minchum, un ex ministro de magia.
-Llegué al comedor y el profesor Dumbledore me pidió que busque a la señorita McGonagall, fui hasta su habitación y antes de entrar escuche gritos ahogados, preparé mi varita y abrí la puerta lo más despacio posible para no hacer ruido. Vi al señor rubio sosteniendo a Minerva de los brazos para inmovilizarla, al señor castaño tratando de obligarla a que tome un líquido que luego se comprobó que era Veritaserum y luego al señor de pelo negro desprendiendose el pantalón. Lancé todos los hechizos que pude y ellos también, pero no pude defenderme de un hechizo aturdidor por lo que caí al suelo donde el rubio y el castaño me pegaron -dijo señalandose la cara-en el rostro y en el abdómen. Cuando me pude recomponer le lancé un Sectumsempra al de pelo negro y dos Desmaius, uno para cada uno de los restantes. Luego de eso me desmayé y escuche a Minerva lanzar un Vermillius. Luego desperté en la enfermería del colegio cuando me enteré que eran del Ministerio, mandados por la señora Umbridge- terminó Severus.
-Bien señor Snape. Muchas gracias por relatar su versión de la historia y por hacerse presente, sé muy bien que no le agradan los juicios- dijo el señor juez, Severus se quedó viéndolo tratando de recordar si alguna vez lo había visto en esas épocas pero fue en vano porque solo lo conocía por ser ministro de magia.
-De nada señor- dijo Severus y se levantó del estrado.
Luego de eso testificaron los tres hombres atacantes, Umbridge y Fudge. Todos fueron sancionados por el Ministerio, Umbridge destiuida, Fudge sin poder ejercer como Ministro por 3 años y con un rango de menor trabajador en el Ministerio y los tres hombres fueron expulsados del mundo mágico. Al fin Hogwarts volvía a la normalidad, o al menos eso esperaba. Cuando terminó el juicio el juez se acercó a Snape.
-Señor Snape, sé que no sabe porque mencione lo de los juicios hoy, pero yo conocí a su encantadora madre. Estuve en uno de sus juicios y nunca más volví a uno, su historia me conmovió tanto que fui incapaz de volver a pisar esa corte. Si lo moleste le ruego me disculpe- dijo el señor Minchum.
-Está bien señor Minchum, realmente no sabía que conoció a mi madre ni que había estado en uno de mis juicios. Eran compañeros?- preguntó.
-Solo de clase de Astronomía, yo era de Hufflepuff- respondió el ex ministro.
-Ahora entiendo- dijo Snape.
-Vamos Bobby?- preguntó Dumbledore.
-Sí. Un placer volver a verlo señor Minchum- extendió la mano.
-Igualmente señor Snape. Noble gesto el de su parte para su compañera, lo felicito- dijo estrechando la mano del pocionista -hasta pronto- se despidió el juez.
-Hasta pronto señor Minchum- dijo y se marchó tras Albus y Minerva.
Todos en el Ministerio los miraban y hacían reverencias, afuera estaban los típicos periodistas haciendo preguntas.
Llegaron al colegio exhaustos, la gente los miraba curiosos.
-Señorita Weasley- dijo cuando vio a la hija de Arthur quien hizo la respectiva reverencia -vio a la señorita Granger?- preguntó.
-Sí señor, está en la biblioteca, en la sección de Cuidado de Criaturas Mágicas. Cómo le fue en el juicio?- preguntó curiosa.
-Excelente, gracias señorita Weasley- dijo tomando el camino a la biblioteca.
-Señor- dijo Ginny a modo de despido.
Al entrar a la biblioteca se dirigió directamente a la sección de CCM y vio a Hermione transcribiendo palabras de un libro.
-Señorita Granger- dijo llamando la atencion de la leona.
-Señor?- dijo sin pararse y sonriéndole ya que no había nadie viéndola.
-Recuerde que su castigo empieza en una hora- comentó Severus.
-Sí señor- respondió Hermione.
Guiñó un ojo antes de marcharse al comedor a merendar, nunca merendaba ahí pero hoy tenía hambre. Estaban Minerva y Pomona Sprout quien no estaba comiendo pero sí haciendole compañía a Minerva. Se sentó al lado de Pomona, lejos de su lugar habitual.
Merendó una leche chocolatada fría con scons, la gente lo miraba raro porque el profesor más temido del colegio con 34 años estaba tomando leche chocolata. Conversó un rato con sus amigas y al terminar se fue a su oficina. Se sentó en el sillón a esperar a Hermione.
-Bobby- dijo la castaña y abrió los ojos -te quedaste dormido- aclaró y besó a su profesor.
-Estoy cansado Herms, muy cansado- dijo bostezando.
-Lo sé Bob- dijo la leona acariciando el cabello de su profesor.
-Hoy me ayudarás a corregir los pergaminos de primero y segundo y yo haré los de tercero y cuarto- dijo levantandose del sillón y besando a su alumna.
-Bien- respondió la castaña sentándose en la silla frente al escritorio de Snape.
Corrigieron todos los pergaminos en media hora, los 30 minutos restantes se dedicaron a tener una linda sesión de besos y abrazos en el sillón.

Giros InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora