CAPÍTULO VEINTIUNOS | ...Y MÁS CAOS

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Había tardado en llegar por lo cual agradecí al ver el auto de Chloe parqueda afuera. Entro inseguro al ver la puerta abierta, subo las escaleras y me dirijo a la habitación donde estuve la última vez.

Me encuentro con el pequeño cuerpo de Chloe arrinconada en la cama. Su cabeza está entre sus rodillas ocultando por completo su rostro. Con cautela me acerco hasta ella, acaricio su antebrazo susurrándole que se tranquilice.

—¿Que fue lo que paso? —formulo cuando escucho su respiración un poco más pausado. Levanta su rostro y por inercia retrocedo. Su cara está hecha un desastre, su maquillaje corrido, sus labios inchadas y sus ojos rojos, desde ahí se veía lo asustada que estaba.

Sorbe su nariz y con la manga de su chaqueta limpia las lágrimas de sus ojos. —Salí y al volver me encontré con esto.

Observó mi alrededor, la habitación está hecha un caos, hay ropas por todo el piso entre otras cosas que no logro identificar. La pared donde antes estaba todo lo relacionado con el caso Kaelyn esta totalmente destruido.

—¿Por que robarían tu casa? ¿Tienes alguna idea de quien haya sido?

—No fue un robo, Loughty. Ya revise y todo lo valioso sigue intacto, lo único que se llevaron fue mi computadora... —sorbe su nariz nuevamente y limpia las lágrimas que siguen descendiendo por sus mejillas —ahí tenía toda la información sobre el caso.

—Quien sea que lo haya hecho sabe perfectamente que estamos investigando, eso significa que estamos cerca. —Era lo único coherente pero eso también significaba que lo que estábamos investigando era algo peligroso y querían que nos alejáramos. —¿Le contaste de esto a alguien más?

—No, como crees —responde de inmediato.

—¿Ya tus papas lo saben?

—Si —las lágrimas vuelven a brotar de sus ojos —llamaron a la policía, deben estar por llegar en cualquier momento—me asiento junto a ella.

—Tendrás que dar declaraciones ¿Que dirás?

—La verdad. Que no estaba en casa y al llegar habían entrado a robar. —No digo nada, solo me limite a observarla. Su mirada estaba lejos —Tengo algo que decirte.

—Te escucho.

—Con lo que ha pasado, mis padres han decidido adelantar el viaje. Nos iremos mañana mismo.

—¿Ir a donde?

—A Canadá.

Dos oficiales llegan interrumpiendo la conversación, Chloe se abalanza en los brazos de uno de ellos, este le corresponde y le murmura algo que no alcanzo a oír. Al instante llega el señor Fernsby.

Dos horas fueron lo que tardaron tomando declaraciones y asegurándose de que todos y todo estuviera en orden y calma. Decidí quedarme a acompañar a Chloe. Se veía tan agotada, no merecía estar pasando por todo esto y tenía que admitirlo, el culpable de todo ese caos era yo.

—Pensando en mi. No te preocupes, no vas a extrañarme. —Entra Chloe a la habitación. Sonrió nostálgico a su comentario. En realidad lo haría.

—¿Cuando vuelves? —le pregunto.

—Posiblemente antes de que abran las clases.

Era lo mejor para ella y aunque llegaría a extrañarla, no quería meterla en más problemas.

El oficial quien Chloe abrazó invade mi mente. Me preguntaba si ese era el chico con el que estuvo saliendo.

—¿Que con tu novio?  ¿Sabe que te vas?

—Solo estamos saliendo. Y si, ya sabe que me iré por un tiempo.

—¿Y que esperas? —curioseó

—¿Para irme? —frunce su entrecejo.

—No. Para que sean oficiales.

Baja la mirada —Es complicado, no lo entenderías.

—¡Vamos! He sobrevivido a las confesiones de Keithlyn, puedo con una más. —lo digo con cierto tono de dolor. —¡Vamos! ¿Que tan malo puede ser? —la animo. La rubia muerde su labio inferior, parece estar debatiendo consigo misma.

—Es porque tengo un asunto pendiente que hacer. No quiero formalizarme con él sin haberlo hecho porque entonces estaría traicionándolo. ¿Me entiendes? —asiento.

La curiosidad acaba conmigo y pregunto sin titubear—¿Y que es ese algo tan misterioso que no has hecho?

—Perdón —lo siguiente que sentí fue mis labios moviéndose contra las de ella, en menos de lo que pensé, nuestras lenguas estaban bailando a un ritmo suave pero intenso a la vez. No había prisa por la cual descarte la idea de que había sido un arranque de soledad. No sabía que era pero era algo más. Sentí sus manos en mi nuca profundiendo aún más el beso. Era un completo caos pero vaya que se sentía bien.

¡Joder! Estaba besando a la mejor amiga de mi novia y lo peor era que aún siendo consciente de ello, no podía detenerme.

No me alejé, ella lo hizo a falta de oxígeno. ¡Maldita sea! ¿Hace cuanto no besaba?

Sus ojos están puestos en mi esperando quizás ¿que diga algo? Sus dedos se posan en sus carnosas labios. Se ve ¿sorprendida? ¿arrepentida? no sabía distinguir pero las siguientes palabras fueron los que me dejaron más impactado.

—Espere tanto por esto —susurra Chloe cerca de mis labios. Era obvio que me arrepentiría luego pero no me contenía más. Quería volver a la suavidad de sus labios. Quería volver a sentir el caos entre sus labios.

Keithlyn ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora