—Escúchame, Heechul—dije tomando un sorbo de mi cóctel antes de volver a colocarlo en la barra—. Vas a tener que intensificar tu juego.
—¿De qué estás hablando? Estamos cambiando el nombre de toda la línea. Nuevas etiquetas. Nuevas ilustraciones. Eso es intensificarlo,
Hyukjae.
Heechul y yo trabajamos para la misma empresa de marketing, con él
manejando la división. Dado que estaba en la ciudad esta semana para una de nuestras reuniones anuales, me pidió si podía ayudarlo con algo. Nos encontramos en un bar local donde me informó de los detalles acerca de su cliente, una compañía que distribuía a varios de los principales minoristas de supermercados. Estaban interesados en cambiar el nombre de una línea de barras de chocolate orgánicos ya que las ventas no habían despegado después del lanzamiento. Y siendo un genio del marketing, estaba más que dispuesto a reunirme con él para darle algunos consejos.
—No, te lo estoy diciendo, no puedes simplemente modificar nada.
Los clientes verán a través de eso. Nadie quiere algo que se parezca a un producto en el que no estaban interesados. Escúchame. Tuve un problema muy similar el año pasado. Estos tipos estaban vendiendo mermelada, el mismo mercado orgánico del que estamos hablando en este momento. No pudieron conseguir que el producto se vendiera, así
que, ¿qué hicimos?
—Supongo que esa en una pregunta retórica.
—Sí, esa es una puta pregunta retórica, Heechul. Vamos. Solo sígueme aquí. Cambiamos sus frascos redondos a frascos cuadrados, rediseñamos completamente la etiqueta. Demonios, hasta teníamos a una anciana que se disfrazó de granjera y los puso en los frascos nuevos.
No lo reconocerías del original.
—¿De dónde diablos sacaste la idea de la anciana?
—Eso es lo que estaba ganando el año pasado con la mermelada por alguna razón. No sé por qué, carajo. No soy un psíquico. No podemos decidir lo que le gusta a la gente. Podemos averiguarlo tan rápido como podamos y patearnos el trasero para dárselo.
—El tipo de cambio de marca del que hablas es una inversión bastante grande.
—No. La inversión ya se ha realizado. No estamos hablando solo de recuperar sus pérdidas aquí, sino también de obtener una ganancia
sustancial. Te lo digo, vale cada centavo. Siéntate con tu cliente, diles lo que acabo de decir con la misma confianza y ellos tomarán la decisión correcta.
—Está bien, está bien, así que les diré esto y veré lo que dicen —dijo Heechul, sometiéndose. Heechul siempre tenía deseos de someterse… dentro y fuera del dormitorio.
—Habla con tu departamento de logística. Mira lo que puedes hacer. Siéntete libre de enviarme un correo electrónico para intercambiar ideas, pero sabes que nunca me equívoco en estas cosas.
Pero a veces lo hacía. Me equivoqué con el maldito Donghae Lee.
Demasiado ‘Heterosexual’. Siempre había estado bastante confiado con mi gaydar, bastante seguro de que podía detectar a un tipo que quería chupar mi polla a kilómetros de distancia, pero él ciertamente estremeció mis delirios de grandeza… y luego hizo que mi cuerpo temblara con la forma en que trabajó mi polla. Sin mencionar lo caliente que fue venirnos juntos. Ni siquiera fue anal, pero fue una de las experiencias más calientes que había tenido en mi vida. Desde entonces, no había podido sacar a Donghae de mi cabeza.
Dios sabe que lo intenté. Había tenido suficientes jodidas en mi vida como para ser capaz de simplemente alejarme, pero maldita sea si cada cinco minutos no estaba pensando en su impulso y ambición mientras intentaba llevar mi pene más profundo en su garganta. Incluso cuando lo pensé brevemente en el bar, conseguí una semi. Y no pude
evitar imaginarme a Donghae deslizándose, trabajando, tratando de mejorar, tratando de complacerme... y luego yo queriendo complacerlo a él.
Tomé un gran trago de mi cóctel, esperando que un trago fuerte me
ayudara a sacar a Donghae de mis pensamientos, pero si no había sucedido los últimos días, imaginé que no iba a suceder debido a un Martini. Heechul se inclinó hacia mí.
—Entonces, ¿qué dices sobre que salgamos de aquí?
—¿Dónde quieres ir? No voy a ir a otro bar de karaoke contigo, eso
es seguro.
—Jodidamente no al karaoke, y eso fue solo una vez. Estaba pensando qué tal vez podríamos volver a tu casa.
Puso su mano en mi pierna y echó un vistazo a lo que era claramente un infierno de erección en mis pantalones, que se movió debido a su toque.
No podía saber que no había aparecido a causa de él. No tenía esos labios como Donghae … o esa jodida expresión, aún tan arrogante como era, que no podría haber sido más caliente en un chico. Puse mi mano sobre la suya.
—¿Esta reunión fue solo para que pudieras conseguir un poco de polla, o estabas realmente interesado en hablar de la tienda?
—Un poco de ambos —dijo con una mirada pícara en sus ojos.
Me reí.
—En serio me hiciste perder mi tiempo con esa charla sobre barras de chocolate orgánico.
—Oh, no. Necesitaba ese consejo, y seguro lo usaré. Solo estaba esperando que no fuera lo único que me ordenarás hacer.
Siendo que tenía una erección y estaba malditamente dura, gracias a un tipo no tan heterosexual quién dejó el balón en mi cancha, sentí que follar con Heechul sería la oportunidad perfecta para sacar a Donghae Lee de mi cabeza. Y necesitaba liberarme desde que el Sr. Recto me había dejado con un caso de bolas azules toda la semana. Por supuesto, si hubiera querido volver a estar con él, tenía mi oportunidad. Donghae hábilmente dejó una tarjeta de visita en mi casa. Al principio me pregunté que quería decir con que nos volveríamos a ver ya que no tenía su número, pero cuando encontré su tarjeta, sabía que estaba esperando
que lo buscara, pero me había resistido.
¿Y si él se arrepintió de lo que hicimos? Aunque la manera en la
que habló acerca del chico en la universidad me hizo pensar que estaba cómodo con la idea, si bien había cosas que lo confundían. Hizo algunaspreguntas, pero no las suficientes, considerando todo lo que debe haber pasado por su cabeza en ese momento. Y tenía que admitir que estaba un poco asustado porque no estaba seguro de querer ser el que le ayudara a comprender esas extrañas cosas sobre su sexualidad.
Alejé mis pensamientos de Donghae y volví a Heechul.
—Sí, creo que sería una buena idea —dije—. ¿Por qué no vamos a mi casa?
Heechul sonrió y pude ver el entusiasmo en su expresión.
—Suena bien. Déjame ir al baño muy rápido, y ya regreso.
—Perfecto. Tengo que terminar mi cóctel de todos modos.
—-Y yo terminaré sobre tu polla en cuanto salgamos de aquí.
Puse los ojos en blanco, pero mientras se dirigía al baño, la decepción corrió a través de mí. No quería tener sexo con Heechul. Quería otra experiencia con Donghae… Otra oportunidad de ser presionado contra su cuerpo caliente, de sentirlo, de ir mucho más lejos de lo que lo hicimos antes. Sabría que podría haberle enviado un mensaje, pero teniendo en cuenta cómo dejó esa tarjeta y cuánta confianza tenía en que volveríamos a hacerlo, quería desesperadamente demostrarle que estaba equivocado.
Parecía el tipo de hombre al que le gustaba ganar, pero yo era igual, así que no quería terminar siendo el que perdía ante su arrogante culo… su caliente, arrogante culo.
Saqué la tarjeta de mi billetera, revisándola: Donghae Lee, Arquitecto Director en Speer Partners, LLC. La tarjeta estaba hecha de un plástico grueso. Pensé que un montón de estas debían haberle costado un bonito centavo, pero eran impresionantes como la mierda, y claramente era un tipo al que le gustaba impresionar.
Pensé que volverías a aparecer en mi puerta, le envié un mensaje, sin molestarme en decirle quiera porque pensé que lo sabría. En el momento en que golpeé enviar, lo lamenté. ¿Qué carajo me poseyó? Había hecho un trabajo muy bueno al contenerme toda la semana, ¿y luego cedí totalmente porque me convencí a mí mismo de enviar un texto estúpido?
Ese no era yo. No era ese tipo que estaba desesperado y necesitaba trabajar algo con alguien que no estaba interesado. Demonios, Heechul estaba en el baño, a punto de regresar, y ese sí era un tipo que estaba dispuesto a trabajar en el dormitorio, que haría cualquier cosa y en cualquier posición y jodidamente suplicaría por ello. ¿Qué razón tenía para seguir pensando en Donghae? Aunque sabía que parte de eso probablemente tenía que ver con el hecho que, después de lo que compartimos, el solo había sido todo.
Mi teléfono zumbó y vi que estaba llamando, ¿jodidamente llamando? No iba a responder. No, absolutamente no. Allí era donde dibujaba la línea. Podía imaginarlo presumiendo que tenía razón sobre que quería volverlo a ver, pero también quería escucharlo estar un poco orgulloso de sí mismo. Odiaba admitirlo, pero algo sobre su actitud era jodidamente encantadora… me ponía malditamente duro.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —preguntó después que respondiera.
—Estaba medio esperando que pasarás por mí casa, exigiendo otra
oportunidad.
—Si hubieras esperado un poco más, eso es probablemente lo que hubiera sucedido.
—¿Y si te hubiera dicho que te jodieras a ti mismo?
—Te habría preguntado si te gustaría unirte a mí, y lo habrías hecho.
No pude sofocar mi risa.
—Bueno, supongo que no lo querías tanto si no estabas tratando de perseguirme.
—Tengo una cantidad impresionante de fuerza de voluntad. ¿Estás
impresionado?
—Eres tan engreído.
Me volvía loco… porque estaba tan caliente como si estuviéramos frotando nuestras pollas juntas, viendo su cálida carga dispararse a
través de su cuerpo, y lamiéndola directamente de su pecho.
—Sin embargo, tu momento es el correcto —dijo—. El fin de semana acaba de comenzar. No tengo ningún plan.
—¿Qué si yo lo tengo? Tal vez estoy a punto de meterme hasta las bolas en un chico.
—Ven conmigo en su lugar.
—¿Quieres que renuncie a una cosa segura para poder ir contigo?
—Te dije que volvería a suceder, así que técnicamente soy una cosa segura, pero si este tipo te chupa mejor, diviértete.
—No, no —dije rápidamente…demasiado rápidamente, como lo
indicó su risa gutural al otro lado del teléfono.
—Eso es lo que imaginé.
Había una parte de mí que sabía que tenía que dejarlo ir… sacarlo de mi sistema. Diablos, siempre podríamos vernos otra noche, pero Donghae me tenía al borde. Había algo acerca de él y no sabía lo que me poseía, pero quería descifrarlo. Y sabía que si me iba a casa con Heechul, solo estaría pensando en Donghae todo el tiempo.
—¿Dónde quieres que nos veamos? —pregunté.
—No en un cementerio, eso es seguro. Pero tengo un lugar en mente.
—¿Y dónde está este lugar?
—Te lo enviaré por mensaje de texto y te veré allí, digamos, en treinta minutos.
—Suena como un plan para mí.
Después de colgar con Donghae, Heechul salió del baño.
—¿Estás listo para salir de aquí? —preguntó.
—En realidad, creo que voy a tener que cancelarlo esta vez. ¿Te importa?
Se encogió de hombros.
—Por favor, he estado trabajando algunas cosas en Scruff* todo el día. Puedo atrapar una polla esta noche. No es problema. Solo espero, por tu bien, que con quien sea que te estés reuniendo sea mejor que yo.
(Aplicación para homosexuales, es como cualquier red social en la que pueda enviar mensajes, conseguir citas e incluso conocer nuevos amigos con intereses similares.)
Me reí. Pero Heechul no podía entender que lo que Donghae y yo habíamos compartido hasta ahora era mejor que el sexo que yo había tenido con cualquier otra persona, y ya había tenido suficiente para saber que no debía renunciar a la oportunidad de experimentar esa química de nuevo.