Hyukjae

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Santa mierda, ¿estaba enamorado?
Por alguna razón, estaba pensado en canciones que había escuchado mientras crecía. No las que escuchaba en ese momento... solo las súper románticas que nunca entendí antes.

Era tan horrible como siempre había imaginado que era para mis amigos que cayeron enamorados.

Habíamos estado separados durante una puta semana, pero se sentía tan jodidamente largo. Demasiado tiempo. Sabía lo que equivocado que era estar tan frustrado por tan poco tiempo. No debería haberme sentido como un adolescente necesitado que se quedó todo colgado de mi primer novio, pero lo hice.

Miserable como era por no verlo por lo que me pareció demasiado tiempo, estaba emocionado por la posibilidad de reunirme de nuevo con él.

—Voy a necesitar ese culo esta noche, debidamente advertido —le dije.

—Vas a tener que esperar tu turno porque también voy a querer montar el tuyo.

—Me parece que es justo tomar turnos. No te pongas codicioso al
respecto ni nada.

—Solo soy codicioso contigo.

Me reí de ese sentido del humor que había llegado a apreciar tanto, que había disfrutado en nuestras conversaciones telefónicas desde que me había ido, pero quería ver su rostro y esas singulares expresiones que hacía cuando entregaba sus argumentos. Cuando se burlaba de mí... y cuando me ponía en mi lugar. Quería ver el brillo en sus ojos cuando pensaba que era particularmente listo y la curvatura de sus labios cuando ofrecía una sonrisa que revelaba cuán lleno de sí mismo estaba.

Esas cosas solían molestarme como la mierda, pero necesitaba verlas de nuevo y sentir el subidón que venía con estar juntos.

—¿Dónde estás ahora? —preguntó.

—En el estacionamiento del aeropuerto. A punto de ir al restaurante.

—Seguro que no quieres pasar por aquí y bañarte... y tal vez un poco más que bañarte.

Su oferta era tentadora, pero respondí:

—Tengo la sensación que una vez que regrese al condominio, no me iré, especialmente si tienes algo que ver con eso, así que prefiero estar lleno antes.

—También planeó llenarte después. Estoy un poco nervioso por encontrarme contigo en un restaurante.

—¿Nervioso?

—Sí —dijo—. Siento que podría arrastrarte al baño y aprovecharme de ti.

—Sr. Lee, creo que estamos más allá del punto en que puedas aprovecharte de mí.

—Solo significa que tengo que hacer un esfuerzo extra.

Me reí, una carcajada llena de felicidad, del tipo que me hizo saber exactamente cuán enamorado estaba del chico.

—Dios, tienes suerte —dijo—. Un tipo con un sentido del humor como este no es fácil de encontrar.

—No lo sé. Tengo suerte que estuvieras dispuesto a ser condescendiente para estar con alguien como yo.

—Si estás conmigo, debes saber que eres bastante increíble, porqueno me conformaría con menos.

¿Cómo se las arreglaba para ser tan arrogante y tan dulce al mismo
tiempo?

Algo sobre la combinación obviamente me atraía, el cebo que había robado, el anzuelo que me había tomado y el carrete que me había detenido.

—Pero me voy a callar antes que te crezca la cabeza —agregó Donghae.

—¿Preocupado por qué me vuelva tan arrogante como tú?

—Esa no es la cabeza de la que estaba hablando. —Su voz era profunda y casi un gruñido mientras hablaba.

—Tal vez estoy tomando la decisión equivocada al querer comer primero. Tal vez deberíamos encontrarnos en mi casa y jodernos realmente rápido.

—Uh uh. Ahora que sé que quieres comer, no voy a dejar que te mueras de hambre por mi culpa. Tengo algunas proteínas buenas para ti, pero necesitarás mucho más que eso.

—Entonces tendré que trabajar mucho más duro por mi comida —
bromeé.

—No me tientes. Ve al restaurante. Puede que esté un poco tarde.

Estoy tratando de terminar algunas cosas aquí en la oficina, pero te enviaré un mensaje para mantenerte informado, ¿de acuerdo?

—Te veo pronto.

—No lo suficientemente pronto —dijo Donghae antes de colgar.

Sentí este remolino de energía en mi pecho, emoción que reflejaba cómo cuando era un niño y me despertaba en la mañana de Navidad.

Tuve que conducir bastante, principalmente debido al tráfico antes de poder llegar al restaurante y estacionar en el lote lleno.

Después de dejar mi auto en el estacionamiento, revisé mi teléfono para ver un mensaje de Donghae.

Estoy ahí en quince.

Había enviado el mensaje cinco minutos antes, por lo que no tardaría. Me había dado cuenta que Donghae era puntual, y si iba a llegar tarde, él tendía a sobreestimar el tiempo que le tomaría llegar en vez de subestimarlo. Heechul era exactamente lo contrario, y me volvía loco.

-El Desafío- eunhae/haehyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora